Llevant

Gili (El Pi), que perdió a su padre en la 'torrentada': "Las víctimas no hemos recibido la ayuda psicológica prometida"

El presidente de la formación regionalista asegura que «no se ha hecho nada para que no pase otra vez» una catástrofe como la de 2018

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Iñaki Moure

Iñaki Moure

El presidente de El Pi, Tolo Gili, hizo este viernes un balance demoledor de la gestión realizada por las instituciones cuando se cumplen cinco años de la trágica torrentada que afectó al Llevant de la isla en 2018.

Gili, quien perdió a su padre aquel día, lamentó que en todo este tiempo no se hayan mejorado las infraestructuras para evitar que se repita una riada de esa magnitud.

«No se ha cambiado el lecho del torrente ni han llegado las ayudas psicológicas para los que perdimos algún familiar o vivimos aquella catástrofe. Y parece que nadie lo tiene en cuenta», aseguró, en una comparecencia en que estuvo acompañado por el portavoz de la formación regionalista en el Consell, Antoni Salas.

«Nosotros no hemos cerrado el drama, eso lo tiene que entender la gente. Las víctimas no sufrimos sólo daños materiales, sino psicológicos, que son los que más perduran», agregó.

«Dejadez total»

El presidente de El Pi consideró que ha habido una «dejadez total por parte de las administraciones». «Cuando llega esta semana tengo un sentimiento de rabia, porque parece que sólo es en esta semana cuando se acuerdan y comienzan a anunciar proyectos. Durante el resto del año, nadie nos tiene presentes», argumentó Gili, el día después de que el Consell de Mallorca anunciase que invertirá un total de 4,5 millones de euros en el proyecto de la variante de Sant Llorenç, una de las causantes de la torrentada. 

«Historia de terror»

«Lo que nosotros experimentamos fue una historia de terror por la ineficacia de la administración. No tenemos que romantizar según qué episodios, sino poner en marcha las medidas que propuso el mismo Govern. Más allá de cuatro fotos y cuatro reuniones, no se ha hecho nada más», aseveró.

Por su parte, Salas manifestó que, aunque las torrentades son catástrofes naturales que no pueden controlarse, sí que se puede realizar un trabajo de prevención. «Lo que podemos hacer es reforzar las infraestructuras, cambiar el trazado del torrente, limpiarlos... Podemos hacer muchas actuaciones para disminuir los daños y sobre todo para que no haya víctimas mortales. Necesitamos actuaciones ya», sostuvo.

La catástrofe tuvo lugar el 8 de octubre de 2018, y dejó 220 litros de lluvia por metro cuadrado en una tarde, 13 víctimas mortales, 320 coches siniestrados por las aguas y 300 casas afectadas por las inundaciones.