Lletra menuda

Los animales en la vida de la gente

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Desde que el mundo es mundo, los animales han estado presentes en la vida de las personas. Han sido partícipes de sus progresos y también de algunos retrocesos. Ha habido y hay animales en el trabajo de la gente, son imprescindibles, en términos generales, para la alimentación y también participan de la actividad lúdica combinado muchas veces este aspecto con los dos anteriores. Pero, claro, todo debe adaptarse a los tiempos, las circunstancias y, por supuesto, a la legislación en vigor.

No es fácil adaptar una celebración nacida a finales del siglo XIX a las sensibilidades de hoy en día y respetando a la vez la tradición y la expresión colectiva del pueblo.

Sin embargo, con las consiguientes polémicas de por medio, Fornalutx parece haberlo logrado en el momento trascendental de su fiesta patronal. Del toro bravo que divertía y alimentaba a la gente en tiempos de penuria no solo material, se ha mutado hasta el alquiler de un toro manso menos juguetón y nada peligroso, útil para el correbou de los tiempos modernos y admisible para la ley de Bienestar Animal.

Lo importante es que no se ha perdido la esencia ni la identificación, es decir, que los residentes en Fornalutx siguen sintiendo como suya y exclusiva la expresión actual de la fiesta patronal. Muy importante y meritorio haberlo conseguido en tiempos de neofiestas, uniformidades y algunas copias sosas y de mal gusto en manifestaciones colectivas.

La clave está en saber evolucionar al compás de cada época. Las fiestas y el modo de tratar a los animales deben hacerlo a la par y cuando confluye lo uno con lo otro saber hallar el equilibrio.

En Fornalutx no andan mal encaminados.

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