Turismo en sa Pobla: Son Cladera, una ‘possessió’ con mucha historia y crisol cultural
El proyecto empresarial de la habilitación de la ‘possessió’ como agroturismo nació de los hermanos Xisca y Pau Socias
![Vista general de la finca de Son Cladera. | J.P.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/b587ea98-8db1-4833-b257-4cbd0f6255c3_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg)
Vista general de la finca de Son Cladera. | J.P. / Joan Payeras. sa pobla
Joan Payeras. sa Pobla
La pasada temporada turística abrió sus puertas el primer agroturismo ubicado en sa Pobla, concretamente en la finca o possessió denominada Son Cladera, propiedad de la familia Socias, que gestiona el establecimiento situado a la falda de la montaña, sobre cuyos conjuntos de bancales se asienta la casa señorial orientada hacia el sur-este.
![La belleza de las vistas que ofrece la finca es cautivadora. | J.P.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/4b9a23bd-4c47-40c8-b0be-22ff2c26552a_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
La belleza de las vistas que ofrece la finca es cautivadora. | J.P. / Joan Payeras. sa pobla
El proyecto empresarial de la habilitación de la finca y sus casas como establecimiento turístico nació de los hermanos Xisca y Pau Socias, que lo expusieron a sus padres, actuales propietarios de la possessió. Los hermanos Socias, se apresuran a afirmar que, «no somos gente del sector hotelero, mi hermana es abogada y yo empleado de banca. En una ocasión, un amigo nos comentó que la finca era de la familia Cladera de sa Pobla y una Cladera se casó con un Socias, y desde el siglo XVI esta propiedad viene perteneciendo a nuestra familia Socias, quienes siempre han evitado venderla y han mantenido su topónimo inicial, y pese a su transformación en agroturismo, nuestros padres viven en la finca».
En el proyecto de los hermanos Socias de convertir una possessió familiar en un agradable agroturismo, siempre prevaleció la idea de conservar la estructura primitiva de las casas y el lugar de encuentro familiar, compartiéndolo con un lugar especial y único para el descanso, la tranquilidad y el relax de los huéspedes usuarios de las instalaciones.
Por lo que respecta a las dependencias hoteleras, se hizo una remodelación de las antiguas zonas de caballerias y cuadras, conviertiéndolas en unos pequeños, pero confortables apartamentos con capacidad para albergar entre dos y cuatro personas. Todos los apartamentos disponen de los servicios de cocina, sala de estar-comedor, baño, dormitorio y terraza exterior propia, con excelentes vistas. Además, los visitantes, pueden disfrutar del servicio de una amplia piscina comunitaria, situada en un lugar privilegiado de la falda montañosa. «Un cambio total, pero, conservando la esencia de algunos elementos antiguos, como por ejemplo ‘Sa Tafona’, que da nombre a uno de los apartamentos». Explica Xisca Socias, que el proyecto de reforma, lo han realizado conjuntamente con el aparejador pobler Joan Palou.
Una finca histórica
Situada cerca de la carretera Palma-Alcúdia, la población de estas tierras se remonta a la época prehistórica, ya que se han encontrado restos de un talaiot, además de una cueva artificial y de la cueva natural de la Baldriga. Dada su posición, Son Cladera podía combinar olivar y la ganadería propias de zonas de montaña, con el cultivo de cereales, leguminosas y huertos característicos del llano.
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Turismo en sa Pobla: Son Cladera, una ‘possessió’ con historia y crisol cultural / Joan Payeras
En el siglo XIV, la possessió aparece como alquería de Bernat Baldric. Después pasaría a Pere Blanc i Pere Font y, desde el siglo XVI pertenece a la familia Cladera. En aquella época contaba con una almazara tafona y un molino de sangre. En el siglo XVII, cuando era la possessió más grande del municipio, se realizaron importantes reformas en las casas. En el siglo XX, pasó a ser propiedad de la familia Socias.
Según el historiador pobler Josep Obrador Socies, Son Cladera pertenecía, juntamente con la mitad de Crestatx a la alquería de Sila, que constituyen las propiedades de Berenguer Roig en 1245. Por su parte, Company y Campins, en la Gran Enciclopedia de Mallorca definen Son Cladera como la antigua Alqueriaza. En 1539, las escrituras de segregación de Son Sabater establecen el límite con la propiedad de Jacobi y Gabriel Cladera. El año 1863 era la segunda propiedad de sa Pobla con una extensión de 286 hectáreas, y en el catastro de 1994 figura como la possessió más importante con una extensión de 142,69 hectáreas.
En el siglo XVI, la possessió de Son Cladera aparece como alquería de Bernat Baldric. Después pasó a ser propiedad de Pere Blanc y Pere Font para, a partir del siglo XVI, pertenecer a la familia Cladera. A partir del siglo XIX, cuando estaba catalogada como la segunda possessió más grande del municipio de sa Pobla, sus casas fueron objeto de importantes reformas. En el siglo XX pasó a ser propiedad de la familia Socias.
Crisol cultural
Además de su pasado histórico, Son Cladera atesora un importante legado cultural. Sus casas y su bello entorno paisajístico, acogieron y fueron testigos de interesantes reuniones de prestigiosos intelectuales de la época de Costa y Llobera, María Antònia Salvà, el vicario manacorí Joan Parera y la poetisa Emilia Sureda i Bimet. Las casas de la possessió, hoy alojamiento turístico, se encuentran situadas sobre una elevación que permite contemplar los bellos paisajes rurales de las marjals pobleres y el casco urbano de la población, hasta las aguas de la bahía de Alcúdia.
Alexandre Ballester, en sus escritos alusivos a Son Cladera, se refería a ‘La Casa Rosada’ (y no era a la del presidente de Argentina), sino a la de la histórica possessió por el «efecto óptico y sensitivo que se percibe al contemplar la fachada de las casas desde sa Pobla, a primeras horas de las mañanas de primavera o verano, cuando el sol se asoma, desde el Levante, sobre aquellas tierras y sus rayos anaranjados las iluminan, esparciendo un color ocre sobre las centenarias paredes de las casas de Son Cladera, que sobresale y contrasta con el fondo verde de los bosques que la rodean, para cautivar la vista y el alma».
Además de su cautivadora belleza cuando el sol las ilumina, las vieja paredes de las casas de Son Cladera, en su interior, fueron testigos mudos de interesantes tertulias culturales, allí mantenidas durante las primeras décadas de 1900, por destacas personalidades de nuestras letras, como la poetisa Maria Antònia Salvà, que pasaba algunas temporadas en la finca y contactaba con el vicario manacorí que ejercía y oficiaba en sa Pobla y Crestatx, Joan Parera Sansó, el cual encargó a la poeta la composición de los Goigs de Santa Margarita, patrona de sa Pobla y titular de la ermita de Crestatx y que tan gustosamente escribió Salvà.
Podemos pensar que la Possessió de Son Cladera, a principios del siglo XX era un punto de encuentro de las letras y cultura popular mallorquinas.
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