Sóller renuncia a tener una marca propia para las naranjas del valle

La cooperativa Sant Bartomeu finiquita el proyecto auspiciado por la misma entidad de crear una Indicación Geográfica Protegida

Sóller renuncia a tener una marca propia para las naranjas del valle

Sóller renuncia a tener una marca propia para las naranjas del valle / DM

Redacción

La asamblea general de la cooperativa agrícola Sant Bartomeu de Sóller acordó poner punto y final al proyecto auspiciado por la misma entidad de crear una Indicación Geográfica Protegida (IGP) para la naranja cultivada en el valle, renunciando así a la creación de la marca ‘Taronja de Sóller’.

El acuerdo fue tomado por la mayoría de los socios de la entidad agraria atendiendo así a los «problemas» que generaría la creación de la marca. El presidente de la cooperativa, Miquel Gual, explicó que el actual marco normativo «es muy exigente», lo que «en caso de prosperar la IGP una parte importante de la producción de naranja que se produce en Sóller no podría comercializarse bajo esta marca». Además apuntó que igualmente quedarían excluidos todos los subproductos que se elaboran a partir de los cítricos del valle como la confitura, bebidas e, incluso, el zumo de naranja.

Ante estos problemas, la entidad agraria acordó dejar de lado el proyecto para impulsar una marca para los cítricos cultivados en el valle «porque no saldría a cuenta a los agricultores de Sóller», manifestó Gual, quien, a su vez, explicó que la entidad agrícola «apostará por otras vías para poner en valor los cítricos del valle». Así, la cooperativa comercializará las naranjas bajo la marca que recientemente ha creado el Consell de Mallorca de ‘Serra de Tramuntana’ y también recuperará la que creó hace unos años bajo la denominación ‘Vall dels Tarongers’. De este modo, no se excluirán los subproductos y toda la producción de cítricos que comercializa la cooperativa agrícola podrán hacerlo bajo las marcas que ya están patentadas.

La propuesta de crear una IGP nació hace unos años como alternativa a una denominación de origen. La IGP tenía como objetivo distinguir los cítricos de Sóller frente a los de su competencia y, a su vez, pretendía acabar con el uso fraudulento que se venía detectando de la marca ‘Taronges de Sóller’. La cooperativa detectó puntos de venta en los que se comercializaban naranjas supuestamente recolectadas en Sóller, cuando en realidad no lo eran.

En 2022, la cooperativa puso en marcha una prueba piloto para que los agricultores de Sóller que quisieran adoptaran los criterios de calidad que implicaría una IGP. Tras evaluar los resultados, la entidad agrícola y sus socios acordaron poner punto y final a este proyecto por su falta de viabilidad.

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