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Los grandes baches de la obra pública

Los escombros de las obras particulares deben depositarse de manera separada en los lugares autorizados. Es un procedimiento costoso pero necesario para evitar la contaminación. Caso de no hacerse bien y ser pillado en la infracción, sanción al canto. El arreglo de muchos caminos rurales en el Pla de Mallorca ya se hace con tierra compacta para evitar tanto asfalto en fora vila, pero en el Calvià siempre diferente la justificada obsesión por la mala imagen del turismo de borrachera impide que se preste atención y previsión suficiente a otros atropellos públicos también dañinos.

Mientras se arreglan distintas vías de la zona aparecen –igual que si fueran un movimiento volátil porque nadie sabe cómo ha sido– toneladas de restos de asfalto en la carretera en desuso entre Calvià vila y es Capdellà. El puente del Barranc des Cohans ha pagado las consecuencias y, aún con lluvias escasas, las posibilidades de filtración son más que evidentes.

Todo el mundo conoce los efectos contaminantes del asfalto. Por eso mismo se está limitando su uso en muchos entornos rurales. Los mismos estudios técnicos a los que se hace referencia en esta misma página inciden en el peligro que comportan. Sin embargo, el ayuntamiento de Calvià no parece haberse puesto nervioso con los montones de viejo asfalto acumulados a la vista de todos. Dice que lo investigará y si se da el caso, abrirá expediente. Una respuesta precocinada, vaya.

Algunas obras públicas presentan baches que en buena lógica no se toleran a un particular. La acumulación de asfalto, no tan misteriosa como se quiere aparentar, poco ayuda a la sostenibilidad, el equilibrio ecológico y las energías verdes ahora tan de moda en el lenguaje de destacados cargos públicos.

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