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Administración

Hacienda no ha actualizado los nombres de calles de Alaró que se cambiaron en los años 90

El Ayuntamiento insta a la Gerencia Regional del Catastro a solucionar estas disfunciones en la nomenclatura

Una imagen de la Plaça de la Vila de Alaró.

La diligencia y los medios del ministerio de Hacienda para reunir información de los contribuyentes flaquea en algunos datos catastrales. El ayuntamiento de Alaró ha denunciado que no se han actualizado los nombres de varias calles pese a la pertinente publicación en el Butlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB). En algunos casos se trata de cambios aprobados hace más de dos décadas. El consistorio se ha dirigido a la Gerencia Regional del Catastro para que solucione estas disfunciones.

En algunos casos los errores sólo afectan a la nomenclatura de las calles, pero en otros la disfunción alcanza a las fichas descriptivas de cada uno de los inmuebles.

Los errores de catastro se corresponden por una parte «con el nombre que se da a la vía pública en la planimetría del visor catastral», aunque las fichas individuales se han redactado correctamente. En esta situación se encuentran en los datos catastrales la plaza del General Rosselló, cuyo nombre actual es plaza del Mercat; la plaza de Gaspar Perelló, que debería ser plaza del Rosari; la calle de San Bartolomé, cuyo nombre oficial es de Sant Bartomeu; o la calle AC, que en realidad se denomina d’en Fonoll, en referencia al protagonista de una leyenda local. La calle del Vicari Amorós cambió su denominación por Porrossar, aunque el nombre oficial contiene un error y debería ser Porrassar, denominación que el ‘Diccionari Català, Valencià, Balear’ da a un ‘camp de porrasses’

La mayoría de estos cambios en la nomenclatura fueron aprobados por el Ayuntamiento en 1996, tras el estudio realizado por una comisión de toponimia. El catastro no se ha dado por enterado pese a que todas las modificaciones se publicaron en el Boib.

Las calles cuyos errores catastrales se transmiten a todos y cada uno de los inmuebles de la vía pública son la de Gómez Ulla, rebautizada en 2009 como de les Sabateres, en homenaje a las mujeres que fueron una pieza fundamental de la industria zapatera; y la plaza Nova que figura en el catastro fue dedicada en 2007 a Sebastià Jaume, rector y vicario de Alaró desde 1957 hasta 2005.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Alaró ha terminado hace escasos días el cambio de numeración en la calle Camí de ses Barreres. Pese a que en 1996 se aprobó este nombre oficialmente para preservar la denominación popular, las casas mantenían unos números que suponían una mera continuación de los de la calle Sant Roc. Esta diferencia entre lo oficial y lo real generaba problemas en la documentación de los residentes y en servicios como Correos o el reparto de mercancías.

En esta calle se han sembrado hace unas semanas una treintena de ficus para sustituir los árboles arrancados meses atrás porque, según informó el Ayuntamiento, estaban enfermos y podían desplomarse.

No es esta la única vía con problemas similares. El Consistorio también se ha comprometido a solucionar el caos de la calle Puig de sa Comuna. Con 930 metros de longitud es la más larga del pueblo y tiene un trazado intrincado. La numeración de los inmuebles parece colocada aleatoriamente, con saltos bruscos que no siguen un orden lógico. Por si fuera poco, en algún tramo se colocaron señales con la inscripción ‘Camí Vell del Castell’.

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