En un ejercicio de transparencia, el departamento de Medio Ambiente de Manacor ha informado de la siembra de 103 nuevos árboles en el municipio. En total, 64 sustituirán ejemplares que se encuentran en mal estado sanitario o tienen riesgo de caerse o de causar daños a la vía pública. Los 39 restantes son árboles nuevos que se sembrarán en los alcorques que han quedado vacíos bien por la muerte del ejemplar o debido a accidentes en los que el árbol se cayó.

Eso sí, se informará a los vecinos con un cartel colgado del árbol del motivo de su sustitución y de los detalles de la operación. Informar para evitar conflictos. Y es que es muy reciente el rifirrafe con los vecinos de s’Illot y Cala Morlanda, indignados porque desconocían que la mejora del alumbrado público implicaba la tala de medio centenar de árboles en s’Illot y cala Morlanda. En este sentido, el regidor de Medi Ambiente, Sebastià Llodrà, ha dejado claro que la planificación urbanística debe tener en cuente la presencia y los beneficios del arbolado o de los elementos vegetales desde “el minuto 0”. Y es que Llodrà admitió que en s’Illot se ejecutó un proyecto que no tenía en cuenta los criterios medio ambientales. Ahora se ha modificado el proyecto y sí se sembrarán almeces. “Hay voluntad de cambio”. Precisamente, Llodrà ha adelantado que su departamento trabaja con Urbanismo para definir un protocolo que marque los criterios para que la obra pública que se impulse desde el ayuntamiento de Manacor logre una convivencia armoniosa “entre el desarrollo urbano y el verde”. “El objetivo es definir unos criterios que sirvan de guía y que establezcan las directrices claras que permitan urbanísticamente tener en cuenta la presencia y los beneficios del arbolado”, argumenta Llodrà, que deja claro que muchas veces es cuestión de “dar dos vueltas más al proyecto”. El concejal ha destacado la importancia de los árboles en el espacio público como generador de la mejora de la calidad del aire ya que capta el CO2 y regula la temperatura. También ha desgranado sus beneficios sociales ya que muchas calles con presencia de árboles se convierten en ejes sociales. Además de los económicos ya que las zonas con arbolado se revalorizan y son más agradables para desarrollar la actividad económica. Llodrà confía en que este protocolo que marque los criterios para la obra pública cuente con el apoyo de los grupos de la oposición.

De momento, Medio Ambiente empezará a sustituir los árboles enfermos y a reponer los alcorques vacíos en las calles Joan d’Àustria, Quevedo, Santiago Rossinyol y Doctor Fleming en Manacor; las calles Anfós y Sipions en s’Illot y en el aparcamiento de la playa de s’Estany d’en Mas. Con motivo de la reposición, los alcorques se harán más grandes para que las raíces tengan más espacio para desarrollarse.

El departamento ha avanzado que a lo largo de este 2021 se redactará un plan de gestión del arbolado de Manacor con el fin de tener un diagnóstico del estado sanitario de los 6.800 árboles que hay en 182 calles, además de conocer su relación con el entorno donde se ubican. Dicho plan está previsto en el contrato de jardinería municipal vigente y su objetivo es establecer un criterio de actuación individualizado a cada ejemplar o calle. Así, el documento concretará los criterios de poda, riego y definirá unas actuaciones en casos de situación de riesgo ya sea por motivos naturales o meteorológicos. “Será una radiografía general del arbolado del municipio que marcará las actuacione para tener un arbolado sano y de calidad”, ha sentenciado el técnico municipal de Medio Ambiente, Antoni Pascual.