Angelino Santiago, uno de los quince miembros de la familia que será desahuciada mañana en Llucmajor, falleció ayer en el hospital Son Llàtzer, en el que se encontraba ingresado en estado crítico.

Desde la plataforma Stop Desahucios aseguraron que "la familia desea estar lo más tranquila posible", es por ello que han tomado la decisión de no hacer público ni el día ni la hora en los que acudirán al tanatorio. En cuanto al entierro, desde la plataforma han querido destacar que será mañana casi a la misma hora a la que se tiene previsto ejecutar el desahucio de la familia.

"Este caso supone el fracaso absoluto de todas las administraciones, que hablan cada día de integración", aseguraban ayer desde Stop Desahucios. A pesar de ello, expresaron su agradecimiento hacia algunas personas del Govern, en concreto uno de sus cargos, que, señalaron, "mañana hará lo posible para contactar con el procurador" para tratar de aplazar el desahucio.

Desde la plataforma hacen un llamamiento para mañana por la mañana "decenas de personas acudan al domicilio a garantizar que se paralice hasta que haya una alternativa".

El ayuntamiento de Llucmajor y Presidencia del Govern balear tienen previsto entrevistarse este lunes con representantes de la entidad bancaria Abanca, que contempla desahuciar a la familia Santiago Moreno, compuesta, ahora, por catorce miembros, seis de ellos con discapacidad o enfermos.

Gori Estarellas (PSOE), alcalde, admite que este encuentro in extremis de mañana (el juzgado 13 de Palma insiste en desahuciar a la familia de la casa okupada) tiene como objetivo aplazar la expulsión, "medida que hemos conocido hace nada", mientras se hallan alternativas sociales. "Es un caso complicado", reconoce.

Se trata de once hermanos y familiares directos que desde hace un año okupan, de manera irregular, una casa abandonada situada en la calle Presbítero Tomàs Monserrat de Llucmajor. Ahora y tras meses de penurias, la plataforma Stop Desahucios intenta evitar que mañana todos ellos sean obligados a dejar la vivienda sin otra alternativa. Entre los okupas se encuentran cinco dependientes graves (síndromes de down, esquizofrenia, cáncer o ceguera) y con problemas evidentes de movilidad. Dos de las mujeres ejercen de cuidadoras del resto, mientras otros dos miembros trabajan y otros tratan en estos momentos de encontrar un empleo.