Los gobiernos catalán y balear firmaron esta mañana un convenio de colaboración para desenterrar e identificar los restos de las personas asesinadas por el bando nacional, a consecuencia del desembarco republicano en la costa de Llevant de agosto de 1936. Se trata de las fosas comunes de sa Coma, del Riuet y ses Coves Blanques en Portocristo y del cementerio de Son Coletes de Manacor. Se calcula que podría haber cerca de un millar de soldados enterrados, la mayoría catalanes que se enrolaron en las tropas republicanas del capitán Alberto Bayo para reconquistar Mallorca.

La Comisión técnica de fosas y personas desaparecidas, dependiente del Govern, determinará ahora el calendario de apertura de las fosas a partir de criterios técnicos, aunque se priorizarán aquellas donde hay constancia de víctimas con familiares directos vivos. El Departamento de Justicia de la Generalitat, por su parte, enviará arqueólogos para extraer muestras de ADN y se encargará de repatriar los cuerpos que sean identificados. El acuerdo también establece que durante el primer semestre del 2019 se señalizarán las fosas y se harán intervenciones para convertir los lugares en espacios de memoria, reflexión y divulgación.

Así lo acordaron hoy las conselleras de Cultura del Govern, Fanny Tur, y la de Justicia de la Generalitat de Catalunya, Ester Capella, con la firma de un convenio, ya previsto meses atrás por ambas partes y que tuvo que suspenderse tras la aplicación del artículo 155 por parte del gobierno estatal y el encarcelamiento del exconseller Raül Romeva.

Tras la firma del convenio entre ambos gobiernos en Ca n’Oleo, las dos conselleras se desplazaron hasta el cementerio de Son Coletes de Manacor, para rendir un sentido homenaje a las cinco milicianas asesinadas por tropas fascistas en septiembre de 1936. Lo hicieron conjuntamente con sus familiares, llegados a la isla para el preestreno, este jueves, del documental Milicianes, cinta que intenta explicar y esclarecer qué pasó y quienes eran, con el fin de respetar su memoria.

El cementerio de Son Coletes, uno de los lugares donde hubo más fusilamientos durante la Guerra Civil en Mallorca, fue ayer el lugar donde al fin las familias pudieron despedir con flores a las cinco enfermeras catalanas que, llegadas a Sa Coma en 1936, fueron capturadas por el bando nacional y llevadas hasta el colegio de Sa Graduada de Manacor, donde fueron vejadas y finalmente asesinadas brutalmente.

Verdad, justicia y reparación fueron las palabras más utilizadas para evidenciar la necesidad de la sociedad en general y del bando republicano en particular, de cerrar una herida que ha sido silenciada o directamente ninguneada hasta ahora.

La ofrenda floral en homenaje a todas las víctimas de la represión y a las cinco milicianas en especial, contó además con la presencia de los historiadores y documentalistas que han logrado arrojar luz a las múltiples incógnitas que se cernían sobre ellas y su historia en aquellos meses de guerra en Mallorca.

Asismismo asistieron miembros del activo Col·lectiu Dones de Llevant, concejales municipales y la alcaldesa de Manacor, Catalina Riera, quien hizo referencia al proceso y al impacto consciente y subconsciente que la contienda civil tuvo y tiene en nuestra sociedad.

Finalmente varias mujeres familiares de las víctimas destacaron su coraje y el hecho de poder guardar ahora en la memoria, nuevos recuerdos hechos procedentes de las investigaciones sobre lo que les pasó a Daría y Mercedes Buxadé, María García, Teresa Ballera y una quinta de la que aún se intentan averiguar más detalles.