El voltor negre ha dejado de ser considerado como especie en riesgo de extinción en Mallorca. Su población se ha recuperado de tal forma que la calificación ha pasado a ser de especie vulnerable. Evelyn Tewes, directora de proyectos de la Fundación Buitre Negro, manifiesta que "es una buena situación, significa que no debemos temer, pero tampoco que debemos relajarnos".

En la actualidad hay 35 parejas nidificantes de las cuales este año han nacido y salido adelante un total de 25 pollos, según los datos de la fundación. Tewes informa que "pensamos que no han sido más debido, este año, a las causas meteorológicas. Recordemos que abril fue muy lluvioso. Si los nidos se empapan los padres no tienen capacidad suficiente como para mantener la temperatura del huevo y la cría se malogra".

Día mundial

Estas cifras fueron ofrecidas ayer en el marco de la celebración del Día internacional del Buitre. La sede de la fundación, en Son Pons (Campanet), albergó una jornada de puertas abiertas en la que participaron muchos visitantes. Allí se pudieron ver a lo largo de toda la mañana distintos pases de un montaje efectuado por Sebastià Torrens con diapositivas de fotografías tomadas a lo largo de varios años. Además se realizaron diversos talleres infantiles y la posibilidad de observar buitres negros y leonados en cautividad.

La recuperación de la especie en Mallorca arranca treinta años atrás, cuando sólo quedaba una pareja que se reproducía cada dos años y 19 ejemplares en libertad. La conselleria de Medio Ambiente comenzó un programa al que posteriormente se agregaría la Fundación Voltor Negre mediante el que se liberaron 35 ejemplares hasta el año 1992. Sobre 1995 los números se invirtieron y la población local comenzó a incrementarse hasta la actualidad en que ya, por ser una población grande, han dejado de hacerse recuentos anuales.

Tewes aventura que entre buitres negros y buitres leonados, que llegaron a Mallorca hace unos años, "se puede decir con total seguridad que hay más de 200 ejemplares".

Por el momento la convivencia de las dos especies no da problemas y parece que el alimento es suficiente como para que puedan seguir incrementando su número. Tewes explica que "no son especies competidoras puesto que cada una tiene sus especializaciones".