Último ensayo antes del Viernes Santo y los nervios están a flor de piel. Es la 43 edición del Davallament de Felanitx y se espera congregar hoy a más de un centenar de personas en una escenificación espectacular. Como novedad, este año el pueblo de Jerusalén saldrá de entre el público y Jesucristo aparecerá con un burro. "Cada año cambiamos a los actores protagonistas y hacemos pequeñas modificaciones escénicas para hacerlo más especial y novedoso", explica José Luis Fernández, director escénico desde hace diecisiete años.

Son las nueve de la noche y poco a poco los actores van llegando. Este año el equipo está formado por 120 felanitxers de todas las edades. Margalida Puig, tiene 22 años y hace once que interviene en el Davallament. "Disfruto mucho de participar, es una noche mágica. Es patrimonio y cultura de nuestro pueblo", comenta. El año pasado, esta joven mallorquina representó a la Mare de Déu. "Disfruté mucho de hacer ese papel, aunque también me daba mucho respeto".

A pocos metros, Lluís Vaquer destaca que el Davallament de Felanitx es una tradición muy arraigada en el pueblo que consigue unir a todos los habitantes. "Algunos lo harán por tradición, otros por fe, pero la gran mayoría lo hacemos por sentimiento de pueblo".

Algunos van en chándal y otros en vaqueros y deportivas. Solo Jesucristo lleva una peluca durante el ensayo para meterse en el papel. Este año, el protagonista es Salvador Oliver, de 28 años. Hace dos años hizo el papel de Jesucristo y vuelve a repetir. "La primera vez por los nervios casi no lo pude disfrutar, por eso este año pienso divertirme mucho". Hasta 1975, la representación teatral se hacía dentro de la parroquia, pero debido a la multitud de visitantes se optó por hacerlo en la escalinata de la iglesia.

Llevan más de una hora; "Volvemos a ensayarlo todo una vez más", concluye el director. Son las diez y media de la noche, y todo debe estar perfecto para la gran noche del Viernes Santo.