El tablero político de Ses Salines quedó ayer definitivamente trastocado. El alcalde Bernat Roig (de Endavant, una coalición progresista) cesó a los cuatro ediles de El Pi que posibilitaban una mayoría de gobierno. Su argumento, la "pérdida de confianza" después de varios desencuentros. El último de ellos fue a propósito de la implantación de la ORA en la Colònia de Sant Jordi, medida a la que se opone la formación regionalista.

El portavoz local de El Pi, Tolo Salvà, que hasta ahora ocupaba el cargo de primer teniente de alcalde responsable de las áreas de Policía, Personal y Mantenimiento, avisó ayer de que a partir de ahora deja de tener ataduras para "explorar otros pactos de gobierno".

La única opción pasaría por un acuerdo con el PP, que fue la fuerza más votada en las pasadas elecciones municipales y que cuenta con cinco regidores. Endavant logró cuatro actas de concejal y El Pi, otras tantas. Junto a Roig, han sido cesados Bernat Bonet -responsable de Fiestas, Turismo y Ocio-, Sebastiana Gomila -Educación y Fiestas de la Colònia- y Francisco Parrondo, encargado de las áreas de Mercados, Deportes y Comercio.

En declaraciones a este diario, el alcalde aseguró que no temía una moción de censura. "Si hay otra mayoría de gobierno, nosotros iremos a la oposición. Estamos preparados con dignidad para lo que tenga que venir. Nosotros hemos elegido ser coherentes", declaró Roig.

El alcalde de Ses Salines argumentó que El Pi les había colocado en una "difícil tesitura" a la hora de gobernar el día a día del municipio, y puso como ejemplo de ello el tema de la ORA en la Colònia de Sant Jordi.

Roig relató que éste era uno de los puntos contemplados en el acuerdo de gobierno. Aunque no lo especificaba de forma literal, ese acuerdo sí que hablaba de regular el estacionamiento en este núcleo turístico y, por tanto, estaba implícita la necesidad de aplicar un sistema como la ORA, según recordó el alcalde.

Continuó explicando que El Pi aprobó el modelo de zona azul en el pleno del pasado mes de febrero, pero que después dio marcha atrás al ver que había contestación vecinal. "Nos pidieron [desde El Pi] que dejásemos pasar el pasado verano [antes de aplicar esta forma de pago]", manifestó Roig, quien incidió en los problemas circulatorios y de aparcamiento que se han registrado este verano en la Colònia.

En una de las últimas reuniones, sin embargo, los ediles de El Pi le dijeron que rechazaban la implantación de la ORA. Para Roig, ésta fue una muestra más de la "pérdida de confianza" con El Pi, como la marcha atrás que dio este partido a la hora de proceder a desviar el tráfico pesado del interior de la localidad.

Otros pactos de gobierno

Por su parte, El Pi expresó su "total sorpresa" ante el cese "sin previo aviso" de sus regidores. "El alcalde piensa que un pacto es una dictadura donde sólo debe hacerse lo que dice. Y un pacto necesita diálogo y consenso", manifestó Tolo Salvà.

Sobre las diferencias en el tema de la ORA, la formación regionalista recordó que el acuerdo de gobierno sólo hablaba de hacer un "estudio de la regulación del tráfico en la Colònia de Sant Jordi durante los meses de verano". A partir de ahora, subraya El Pi, sus ediles se sienten "libres" para estudiar otros pactos.