Peregrinos procedentes de casi todas las poblaciones de la isla subieron en la madrugada de ayer a Lluc con motivo de la XXXVII edición de la Pujada a Lluc de la Part Forana, que organiza l'Associació d'Antics Blavets con la colaboración de diversas instituciones y entidades.

Unos 7.000 caminantes llegaron a Lluc con las primeras luces del día. Para algunos de ellos la andadura había empezado en la tarde del sábado, mientras que otros muchos iniciaron la marcha a las 4,30 de la mañana desde Inca, a quienes se sumaron los 'marxaires que procedían de sa Pobla, Búger o Campanet. Los de Pollença llegaron al santuario por el 'Camí Vell de Pollença', mientras que el itinerario del Gorg Blau fue el utilizado por los vecinos de los pueblos de la Serra como Sóller o Fornalutx, entre otros.

A lo largo del recorrido hubo diversos lugares de avituallamiento hasta llegar a la Font Cuberta de Lluc, donde se degustaba un chocolate con sus respectivos donuts. A las 0cho de la mañana se habían repartido más de 5.000 vasos. No faltó tampoco el obsequio de las tradicionales 'mides' a los más madrugadores.

Posteriormente, en la plaza de los Pelegrins, al son de los 'xeremiers' se danzaron algunos bailes con los gigantes procedentes de poblaciones diversas.

Bienvenida en el Acolliment

El Acolliment del Centenari sirvió para la recepción de todos los pueblos participantes en la celebración eucarística, que en esta ocasión estuvo presidida por el vicario episcopal Antoni Vadell, acompañado por el prior Ricard Janer, quien tuvo palabras de recuerdo para monseñor Javier Salinas, que era quien en principio debía presidir dicha eucaristía.

El presidente de los antiguos Blavets, Llorenç Gelabert, saludó a los presentes y les animó a continuar en próximas ediciones, agradeciendo a colaboradores y a todos quienes hacen posible que la Pujada sea una realidad. También aprovechó para otorgar algunas distinciones. Poco antes del inicio de la misa se procedió a la ofrenda floral y de productos de la tierra por parte de representantes de diversas localidades.

En esta ocasión, la representación institucional corrió a cargo de la consellera de Hacienda, Catalina Cladera, que realizó el recorrido como una peregrina más.

Muchos optaron por el regreso hacia sus hogares, hecho que hizo que el Acolliment no estuviera tan lleno como en otras ocasiones. Incluso respecto a años anteriores se notó la ausencia de representantes municipales. Otros permanecieron hasta el mediodía para participar en la misa que presidió el recién nombrado administrador de la diócesis, Sebastià Taltavull.