La Festa des Pa i es Peix constituye una de las romerías previas a la Semana Santa más antiguas de Mallorca. Tanto, que ayer cumplía su 395 años de tradición. También conocida como la celebración del Quart Diumenge, no deja lugar a dudas sobre su significado: loar el milagro de la multiplicación de los panes y los peces cristiana, lo que en Sant Joan se transforma en una subida procesional al santuario de Consolació, una misa solemne con ofrenda floral a la virgen del mismo nombre y la venta de panades por parte de los Quintos nacidos en 1995, coquetes y casques en Cas Donat.

Precisamente estas galletas son el símbolo inequívoco de la celebración. Elaboradas de forma austera a base de harina y agua, de forma que se conservaran mejor y pudieran ser llevadas y comidas en travesías largas por el campo o en alta mar, se dividen en dos. Las casques son más grandes, de nueve o seis puntas, lo que hace variar su precio de venta. Las coquetes son, como su nombre indica, más pequeñas y se venden en bolsas de siete. Aunque todas deben llevar la marca de un molde que forme la imagen de panes y peces.

Tras la subida acompañada por los Xeremiers de Sant Joan desde el campanario del pueblo, Mossèn Pere Fiol i Tornilla fue el encargado de oficiar la misa y auspiciar la ofrenda floral de cada año con la participación del coro parroquial. Para finalizar la jornada Aires de Pagesia mostró sus bailes, no sin ciertos problemas motivados por la climatología adversa durante todo el día.