Renovarse o morir. El ayuntamiento de Pollença ha decidido aplicar esta máxima universal para dar un nuevo aire a su aclamada muestra de artesanía, eje central de la feria otoñal que ayer domingo celebró su día grande con la visita de miles de personas. La XXIX edición de la Mostra d´Artesania, ubicada en la iglesia y el claustro de Sant Domingo, tenía ayer un aire de despedida, con un montaje que combinaba las piezas artesanas que se exponían y cajas de cartón con el objetivo de simbolizar una mudanza.

La muestra de artesanía se planteó como un recorrido cronológico que explicaba al visitante los orígenes, la consolidación y el estado actual, dando entender que a partir del próximo año se estrenará un nuevo formato. Según el regidor de ferias, Miquel Llobeta, se trata de "un punto y seguido" en la evolución de la muestra artesana. "El año que viene, resurgirá con una nueva tendencia, con una artesanía más vanguardista para promocionar a artistas incipientes del municipio", explicó. De esta forma, la XXX edición del próximo año partirá de "nuevas ideas" para "facilitar el negocio a los artesanos y que no se limiten a ser elementos pictóricos", añadió el edil ´pollencí´.

Feria muy visitada

A la espera de comprobar, el próximo año, la evolución de la muestra artesana, ayer la localidad de Pollença volvió a recibir a miles de personas que no querían perderse la feria otoñal. La mañana, casi primaveral, ayudó al éxito del evento comercial.

No sólo de la muestra artesana vive la feria ´pollencina´. Es cierto que el claustro de Sant Domingo es el eje alrededor del cual pivota toda la muestra, pero las calles más céntricas de la villa se llenaron de expositores y puestos de venta de todo tipo de productos gastronómicos y artículos artesanales. Destacaba la vistosidad del mercado payés situado en la Plaça Major, donde era posible ver la elaboración de una típica ´panada´ mallorquina, degustar embutidos isleños o probarse ropa tradicional fabricada en la isla. Una muestra de carros antiguos en el centro de la plaza llamó mucho la atención.

Muy visitadas fueron también las exposiciones de coches y motos, así como las diferentes muestras de animales que se instalaron en el recinto ferial.

Diversas agrupaciones de baile tradicional mallorquín realizaban demostraciones en diferentes puntos de la localidad.

La comitiva de autoridades estuvo presidida por el alcalde anfitrión, Tomeu Cifre (PP), el conseller de Salud y Consumo, Martí Sansaloni, y el vicepresidente del Consell, Jaume Juan, entre otros. Algunas formaciones, como Esquerra Republicana, decidieron no acompañar a las autoridades como medida de protesta por la política lingüística del PP.