­La actual Mancomunidad de Tramuntana está tocada. El anuncio de escisión de cuatro municipios ya se está materializando. Pero los equipos de gobiernos de Esporles, Valldemossa, Puigpunyent y Banyalbufar no se quedarán ahí. Están decididos a crear una nueva unión entre ellos.

La nueva mancomunidad, que tiene el nombre provisional de Tramuntana–Ponent para diferenciarla de la actual, podría estar constituida entre un mes y un mes y medio. Así lo confirmaron a DIARIO de MALLORCA varios alcaldes de los cuatro municipios que se agruparán.

En las últimas semanas han estado trabajando para decidir si es viable la nueva alianza. De ese diálogo salió el acuerdo de crear una comisión para redactar los estatutos fundacionales de la entidad, de la que serán responsables los alcaldes.

El siguiente paso es decidir cuáles serán las competencias mancomunadas. El alcalde de Valldemossa, Francesc J. Mulet (CxI), manifestó que los regidores de los gobiernos de los cuatro municipios formarán parte de dos grupos de trabajo.

Uno será de carácter técnico, para tratar de compartir personal en materias como urbanismo, que requieren una alta especialización. La otra comisión se centrará en los servicios para tratar de ahorrar costes en la recogida de basuras, los centros de día o la prestación de servicios sociales.

Los plenos celebrados en Banyalbufar y Puigpunyent el 24 de abril sirvieron para materializar la escisión en público por vez primera. En el orden del día se incluyó la aprobación de separación de la mancomunidad. La escena se repitió el pasado lunes en Valldemossa y solo queda pendiente que Esporles vote su segregación del actual ente en la sesión plenaria del lunes que viene.

La postura del PP en los cuatro consistorios ha sido de oposición. Han argumentado que "se duplicarán" entidades con las mismas funciones y que "se malgastará el dinero público". Los partidos de centroizquierda defienden que su nueva mancomunidad será mucho más activa que la actual y que pretenden recuperar el espíritu originario del ente.

En el aire quedan interrogantes sobre cómo se tomarán decisiones sobre la gestión de la Serra de Tramuntana como patrimonio de la humanidad. El alcalde de Sóller, Carlos Simarro (PP), quería que el organismo supramunicipal jugara un papel más activo en este aspecto. También está pendiente de saber si se repartirán los bienes que comparten los diez consistorios de la Tramuntana en la actual mancomunidad.

El precedente más reciente de división municipal es de la Federación de Entidades Locales de Balears (FELIB), de la que se creó una asociación paralela que agrupó a los territorios gobernados por el PP. Su pretexto para escindirse fue, curiosamente, el mismo que utilizan ahora los partidos de centroizquierda: la politización del organismo.