Los vecinos de Deià están mayoritariamente tranquilos ante la escasez de agua del municipio. Afirman que comprenden el bando del alcalde que ordena cortes en el suministro durante la tarde y la noche y, además, están de acuerdo con que el Ayuntamiento compre agua a otros pueblos para garantizar el abastecimiento.

El motivo de esa tranquilidad es que un gran número de casas de Deià dispone de aljibes o depósitos que les permiten almacenar agua. Por eso no han percibido las interrupciones en el suministro que hay desde el jueves entre las ocho de la tarde y las nueve de la mañana.

Los establecimientos de restauración han sido algunos de los afectados por la escasez de agua padecida en los últimos días. En el café Es Punt, la camarera detallaba que "la semana pasada hubo cortes de agua. Hoy sale bien, sin problemas.

Desde el café Sa Fonda, Tom Radcliffe especifica que en el bar tienen un aljibe y el depósito está lleno, pero que en su domicilio el tanque es más pequeño. "Cuando comenzó a salir agua sucia, me contaminó el agua del depósito", afirmaba. Según Radcliffe, hace días el agua del grifo salía algo marrón, ya que tenía "sedimentos de algo parecido a tierra".

El alcalde de Deià, Jaume Crespí (PP), admitía ayer que, tras acabarse los recursos en el pozo des Verger, las bombas comenzaron a arrastrar el agua sucia al red de abastecimiento.

En temporada alta

Otra de las críticas de los comercios era que esta situación se producía en temporada alta, ya que numerosos visitantes se veían afectados por la escasez. Radcliffe apuntaba que aunque "no es el año que hay más turistas", asimismo "hay un nivel muy alto de ocupación". Además, el restaurador especificaba que los extranjeros "tienden a gastar mucha, mucha agua, incluso cuando se van al baño del bar".

Miquel Colom, del hostal Villaverde, confirmaba que los alojamientos del pueblo "están a tope", pero que "de momento" sus clientes no se han visto perjudicados.

Dos grupos de turistas que se hospedaban en la zona desconocían las medidas restrictivas. La inglesa Heather Bland y su familia comentaba que no habían tenido problemas para ducharse por la mañana ni para lavarse los dientes por la noche. El alemán Niklas Pohl y su pareja apuntaban que "todo ha funcionado con normalidad en el hotel".

Radcliffe apostillaba que algunos de sus clientes extranjeros sí que sabían de las restricciones municipales "y están muy cabreados, porque no ven normal que haya problemas de agua en pleno mes de agosto".

El panadero Toni Mimo comentaba que la red de aguas está saturada, "porque hay más de tres mil personas en Deià". Él decía entender el bando. "¿Qué otra cosa puede hacer el alcalde? Y no hay más remedio que comprar agua de Palma. Yo lo comprendo", agregaba el artesano.

"Se arreglará en 10 o 15 días"

El alcalde explicaba que no ha recibido quejas de los vecinos, "porque saben que esto podía pasar". Crespí rememoraba que, aunque en el último lustro no hubo cortes en el suministro, anteriormente eran recurrentes durante el verano. "Muchos turistas de irán a partir de este fin de semana. Cuando comience a bajar la población, se solucionará la falta de agua. Yo espero que se arregle en diez o quince días", añadía el primer edil.

Diario de Mallorca pudo comprobar ayer en diferentes residencias y locales de Deià que el agua del grifo estaba completamente limpia y tenía un sabor normal.