El tiempo primaveral fue la nota predominante de la XV edición de la Fira de Tardor de Marratxí. Desde las nueve y media, hora de apertura de los puntos de venta, la afluencia de visitantes fue una constante.

Los puntos de venta y el recinto ferial estaban perfectamente clasificados. Así, en la plaza de Sant Marçal se instalaron exposiciones y talleres artesanales, mientras que en la calle Barbara de Veri los comercios y artesanía fueron las paradas más abundantes.

A partir de las once, los visitantes pudieron disfrutar del baile de los gigantes, quienes al son de las xeremies fueron recorriendo los aledaños de la plaza de Sant Marçal.

Los más pequeños llevaban a sus padres de la mano para ver in situ a los animales de la exposición, donde había un cercado en el interior del cual se podían acariciar pequeños cabritos y otros mamíferos.

Pero no eran únicamente los animales los que llamaban la atención de los menores. Los paseos en pony, en el tren de vapor o en el parque móvil de educación vial montado por la Policia Local fueron atracciones con una elevada participación infantil.

Los mayores se paraban para contemplar la estampa del stand de la cetrería, mientras que otros disfrutaban y visitaban los puntos de venta especializados en los productos gastronómicos típicos de nuestra isla como la sobrasada. Tampoco podía faltar el stand en el que se podía degustar la clásica llet d´ametlla.

A medida que se acercaba el mediodía la afluencia de público fue en aumento, confirmando que esta Fira ya está consolidada y es una cita obligada para los marratxiners.

Las autoridades locales, encabezadas por el alcalde José Ramón Bauzá, recorrieron el recinto ferial por la mañana.