El Ayuntamiento de Palma había anunciado al resto de poblaciones que a partir del día uno de enero no podrían llevar los perros que se recogieran a la perrera de Son Reus. No obstante, ante las dificultades que tienen los pueblos para hallar una solución en ese plazo se acordó en una reciente asamblea de alcaldes que se concedería una prórroga. El presidente de la mancomunidad del Raiguer dice que "en los próximos meses se debe decidir si se construye una nueva perrera o si se amplía Son Reus".