Uno de los símbolos históricos más emblemáticos de Inca, el centenario almez (Celtis australis) conocido por toda la ciudad como es lledoner de ses monges tancades, resultó ayer gravemente afectado al rompérsele una de sus dos ramas principales. Técnicos municipales manifestaron que está seriamente tocado, con pérdida de más del 80 por ciento de su masa, pero prefirieron esperar a que en los próximos días técnicos de la conselleria de Medio Ambiente intenten salvar al árbol.

El agua de lluvia –que alimenta sus raíces– ha sido el enemigo de sus ramas. A los técnicos referidos no les cabe la menor duda de que ha sido el peso de la lluvia caída estos días quien le ha derrotado. Estaba apuntalado, pero ni aún así resistió.

El centenario almez está catalogado desde 1993 y protegido por la figura oficial de Árbol Singular. Su importancia no radica sólo en su inmenso porte y su frondosidad, también es importante por su gran longevidad.

Se encuentra justo en el costado izquierdo del patio de entrada al monasterio de Sant Bartomeu, junto al locutorio. Este monasterio es uno de los rincones más emblemáticos de Inca y acogió en el siglo XVII a la venerable Sor Clara Andreu i Malferirt, una monja de clausura que murió en loor de santidad.

Fue llevada al convento por su propio padre, Antoni Andreu, viudo de Catalina Malferit, pues la madre de la venerable falleció cuando nació ésta, el 4 de diciembre de 1596. Sor Clara Andreu, que contaba ocho años de edad, llegó al convento de clausura con su padre en un carretó (carrito) tirado por una somereta (una burra pequeña). Cuenta la tradición que ese día (11 de abril de 1604) ató a la somereta al almez y que entonces ya era un árbol de gran envergadura.

El fallecido pare Miquel Colom, lulista y poeta de gran prestigio, hijo adoptivo de la ciudad, le dedicó composiciones líricas. Uno de sus versos permanece a los pies del almez en una placa que colocó el Ayuntamiento de Inca que reza: arbre que poses mallorquinitat / dins el silenci de la clastra antiga / munt d'espesa verdor que l'hombra amiga / ofrenes al qui poja tot suat. Lamentablemente desde ayer y tras el percance sufrido ya ofrece poca sombra.