El edificio anexo de la escuela d´Alt de Maria de la Salut, conocido popularmente como el búnker, no tiene las aguas de los baños, lavabos y lavaderos conectadas a la red de aguas residuales y sigue transfiriendo las aguas sucias hasta una fosa séptica, algo prohibido desde que se canalizaron las aguas. Este caso se conoció en el pleno del pasado lunes, al responder el alcalde Antoni Mulet (PP) a la regidora socialista Rosa Maria Alcover, quien preguntó si se realizarían algunas obras en las escuelas antes de empezar el nuevo curso. Alcover explicó que el estado de los edificios escolares era deplorable y que era más que necesario realizar algunas actuaciones en algunas dependencias, de manera especial en la zona de los baños ya que el olor era insoportable.

El alcalde respondió que el tema de mantenimiento en edificios de más de 40 años corresponde a la conselleria de Educación y que, aún así, el Ayuntamiento realiza cada semana algunos arreglos y trabajos en las escuelas. Hay que recordar que hay dos edificios escolares que se levantaron durante la República, pero el llamado búnker se construyó a finales de los años 70.

Al hablar de las aguas fecales de la escuela, surgió el polémico tema de las numerosas casas habitadas que tampoco han conectado sus aguas residuales a la red. Desde el equipo de gobierno se invitó a presentar denuncias cuando se conociera algún caso, algo con lo que no estaban de acuerdo los presentes en el pleno.

La Ley obliga a que las viviendas habitadas tengan las aguas residuales conectadas a la canalización pública para no provocar filtraciones de aguas residuales en pozos y cisternas de los demás vecinos, algo que, en algunos casos, ocurre en el municipio. "Esta ley tiene que hacerse cumplir desde el Ayuntamiento, no por denuncias particulares", manifestó la oposición municipal.