Sabido es que la muerte no es seria en Manacor. Quien más quien menos conoce alguna historia para no dormir relacionada con el trance final y la ciudad. No incidiremos en ello porque no pretendemos amargar el día al lector. Ahora nos importa que, dado que no podemos esquivar a la dama insaciable, con la llegada de la competencia en servicios funerarios tenemos una oportunidad para tutearnos con ella a base de dignidad y normalidad. Oferta privada frente al monopolio público. Puede beneficiar a todos siempre que las tarifas sean también dignas. La muerte se presenta a las elecciones. Adiós al luto de la dictadura.