Autocaravanas en Palma: «Vivimos aquí porque no podemos pagar un alquiler, la alternativa es irnos debajo de un puente»

Hablan tres afectados por la nueva ordenanza cívica que pretende impulsar el Ayuntamiento de Palma contra estos vehículos: «Las sanciones que quieren imponer son desproporcionadas y ridículas, no podremos pagarlas»

Diego, Javier y Pep ayer en el interior de la autocaravana de uno de ellos.

Diego, Javier y Pep ayer en el interior de la autocaravana de uno de ellos. / Guillem Bosch

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

«No hemos elegido vivir en autocaravanas por gusto ni capricho. Las circunstancias nos obligan, no podemos pagar un alquiler y la alternativa es irnos debajo de un puente». Son palabras de Diego, Javier y Pep, tres vecinos de Palma que, ante la emergencia habitacional y los precios de la vivienda, se han visto abocados a vivir en el interior de sus vehículos: «No estamos haciendo nada malo, no molestamos a nadie, pero el Ayuntamiento de Palma nos trata como a chabolistas, no se nos permite dormir en nuestras caravanas y ahora ni siquiera podemos empadronarnos», lamentan.

Los tres defendieron su situación ayer en una rueda de prensa en Cort ante la «criminalización» a la que se ven sometidos: «Palma vive una realidad social que el alcalde no entiende. Hoy hay 2.000 autocaravanas matriculadas en Mallorca, pero en el futuro se multiplicarán si el precio de la vivienda sigue expulsándonos. Vivir dentro de nuestros vehículos es la única opción que nos queda a muchas familias, trabajadores, jubilados y pensionistas», señalaron en palabras a este diario. Diego trabaja como conductor en el sector turístico, Javier es pensionista y Pep jubilado.

Multas de hasta 1.500 euros por dormir en una autocaravana

Tienen pensado acudir al próximo pleno municipal para expresar su malestar con la ordenanza cívica que se debatirá ese día y que pretende imponer multas de hasta 1.500 euros por dormir en una autocaravana en Palma. «Son sanciones desproporcionadas y ridículas, no podremos pagarlas», defienden. Además, sostienen que esta normativa y el hecho de no poder empadronarse incumpliría con la ley estatal, que establece que las infraviviendas como caravanas, chabolas, cuevas o incluso la ausencia total de techo pueden y deben figurar como domicilios válidos en el padrón. «Tenemos derecho a pernoctar, no acampar, en nuestras autocaravanas. Sin embargo, el Ayuntamiento ni siquiera nos permite pernoctar y la policía viene a poner sanciones», señalan los afectados, que también exigen al Ayuntamiento espacios donde poder aparcar sus vehículos sin problemas. El contrato de alquiler al día de pagos que ahora pide Cort para empadronarse ha acabado de acorralar a este colectivo.

Por otro lado, esta ordenanza, aseguran, «no servirá de nada» porque los habitantes de las autocaravanas moverán su vehículo todas las semanas con tal de evitar la multa, lo que provocará que estos vehículos se extiendan por más puntos de Palma, y que sus habitantes pierdan las comunidades vecinales que habían establecido. «Tenemos relaciones incluso más estrechas que en una vivienda normal, porque nuestros patios son las calles, nos conocemos entre nosotros y nos ayudamos», comentan. Diego, Javier y Pep viven en sus respectivos vehículos en un solar alejado de edificios de viviendas y comercios, aunque prefieren no detallar la ubicación por temor a represalias. «Cada mes viene por lo menos una autocaravana nueva», calculan.

Reclaman al alcalde de Palma, Jaime Martínez, que busque soluciones a la emergencia habitacional que vive este colectivo en lugar de «poner más trabas» a los afectados: «No puede ignorar la realidad social que viven tantos ciudadanos».

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