Defensora de la ciudadanía de Palma

Anna Moilanen: «Procesamos más quejas que nunca, pero tenemos menos recursos a nuestra disposición»

Anna Moilanen repasa los principales problemas de la ciudad y los retos de su trabajo como Defensora del Ciudadano de Palma

La Defensora de la Ciudadanía de Palma, Anna Moilanen.

La Defensora de la Ciudadanía de Palma, Anna Moilanen. / B. Ramon

Johannes Krayer

Anna Moilanen es desde hace casi ocho años la Defensora de la Ciudadanía de Palma, responsable de responder a las preocupaciones de los ciudadanos, grandes y pequeñas. La finlandesa, que vive en Mallorca desde 1985, nos recibe en su despacho de la Porta des Camp. «La gente debe saber que existimos y que pueden contactar con nosotros en cualquier momento», afirma esta mujer de 60 años que, junto a sus tres compañeros, recoge las quejas de los ciudadanos y trabaja duro reclamando respuestas y soluciones a los distintos departamentos del Ayuntamiento.

Cuando camina por Palma, ¿cómo percibe la ciudad?

El año pasado tramitamos 565 reclamaciones y cuando camino por Palma veo esas 565 quejas, sobre todo las que todavía no se han solucionado. A veces mis amigos me dicen que pare porque yendo de paseo con ellos voy diciendo: «Este bar no debería poner música, Emaya no ha vaciado ese contenedor de basura, esos grafitis deberían haber sido eliminados hace mucho tiempo, aquí no hay iluminación, etcétera». Por eso, la verdad, salgo a pasear fuera de la ciudad, a pesar del gran amor que siento por Palma.

Y cuando mira a la ciudad a vista de pájaro, ¿qué problemas ve?

Sobre todo veo desigualdades entre los distintos barrios, estructurales y sociales. Los barrios deben recibir un trato equitativo a la hora de resolver los problemas o deficiencias que tienen. Y digo deliberadamente que se les trate de forma equitativa, no igual o con la misma medida, porque, por supuesto, en Son Vida también existen deficiencias pero se deben priorizar los problemas en barrios vulnerables. Los barrios vulnerables probablemente necesitan más inversión, y además estas inversiones deben verse para que los vecinos valoren la zona donde viven, si tienes sentimiento de pertinencia, ves que tu entorno adquiere dignidad, los comportamientos incívicos disminuirán de forma natural. No obstante, en muchas zonas faltan proyectos a medio y largo plazo.

¿En qué sentido?

Por supuesto que se debe atender las necesidades inmediatas y se puede mejorar la limpieza y las infraestructuras de forma casi inmediata, pero se necesitan más proyectos a largo plazo. Por ejemplo, los barrios vulnerables no se les debe dejar que se conviertan en guetos cerrados, me refiero por ejemplo a Son Gotleu o Camp Redó, para ello las instalaciones como centros de salud, bibliotecas, espacios vecinales o parques infantiles son necesarias para atraer al resto de la ciudadanía a estos barrios, si existen servicios y los barrios son cuidados, irán vecinos de otros barrios y se harán un uso normalizado de esos espacios. A parte los edificios privados, viviendas, necesitan mejoras y mantenimiento por ejemplo a través de subvenciones. Se puede embellecer un bloque de viviendas, mantener una escalera o pintar la fachada con relativamente poca inversión. A menudo el problema del deterioro también es que las personas no conciben los edificios donde viven o el espacio público como suyo y no lo valoran. Nadie tiraría la basura en la sala de estar ni escupiría en el suelo de su casa, pero sí lo hacen en la calle o nadie haría pintando la fachada de su casa pero sí en un bloque de viviendas si no lo viven como algo propio.

Tiene un margen de actuación limitado, especialmente en materia de vivienda o movilidad.

Sí, en efecto aunque la gente acude a nosotros con todo tipo de problemas, a menudo también en relación a problemas de vivienda cuando ya están desesperados. En esos casos tratamos de trasmitir tranquilidad y vemos que se puede hacer. La escasez de vivienda es probablemente la cuestión que más preocupa a la gente. En el Ayuntamiento existe desde hace años una Oficina Antidesahucios para ayudar en estas situaciones, aunque actualmente funciona también como una Oficina Antiokupación por el acuerdo PP-Vox. Ante la situación habitacional, las personas más vulnerables son quienes más ayuda necesitan, especialmente si tienen una orden de desahucio o tienen que abandonar los albergues en los que se alojan temporalmente. Palma, el Patronato Municipal de la Vivienda, gestiona alrededor de 400 pisos sociales, por tanto existe cierta oferta y margen de movimiento aunque la competencia en materia de vivienda es del Govern, del Instituto Balear de la Vivienda. El Ayuntamiento ayuda en estas situaciones de emergencias a encontrar alojamiento, pero ahora es extremadamente difícil porque simplemente no hay nada asequible y los centros de acogida están llenos. Es dramático porque afecta incluso a familias en las que los dos padres trabajan y aun así no pueden encontrar nada que puedan pagar.

¿Cómo ve la ciudad a estos primeros meses tras el cambio de gobierno en Palma?

Sigue faltando un modelo de ciudad, hay un plan de acción para mejorar la limpieza, etc., que por supuesto es bienvenido pero ha caído el Plan General de Ordenación Detallada que afecta por ejemplo a la creación de nuevos equipamientos públicos en la ciudad. De momento veo que entre otras cuestiones se han centrado en temas, como por ejemplo acelerar la obtención de las licencias de obra o atención presencial, también cuestiones muy importantes de cara al servicio a la ciudad.

¿Y en cuanto a movilidad? Al final no habrá tranvía.

En este tema creo que faltan ideas o plantear diferentes opciones basados en estudios y diagnósticos de necesidades actuales y del futuro. Por ejemplo, si los hoteles están en Platja de Palma y sus empleados viven en la ciudad, entonces que pongan autobuses a las cinco o seis de la mañana que pasen con bastante frecuencia para suplir esa necesidad de los residentes. El tema de los vehículos de movilidad personal y los patinetes eléctricos también se ha de tener en cuenta porque son otro aspecto importante de la movilidad, pero tiene que haber normativa clara y sin que su uso suponga un peligro para el resto de los usuarios de las vías y especialmente al peatón. De cara al futuro se debe seguir creando carriles específicos para este tipo de vehículos, mejorar los que ya existen y ampliar pero con sensatez y viabilidad.

El PP defiende su trabajo, pero Vox querría cerrar la Oficina inmediatamente. ¿Cómo le afecta esta situación en su día a día?

Los efectos del acuerdo entre PP y Vox en relación con la Oficina fue una sola decisión, un solo punto, pero nos afecta cada día porque tenemos menos recursos a nuestra disposición. Cuando estaba en la oposición, el PP pidió repetidamente fondos suficientes para la Oficina de la Defensora y en junio de 2023, el Sr. Jaime Martínez , ya alcalde, dijo que quería mantener y potenciar la Oficina pero en octubre fui informada de que mi adjunto, Vicente Rodrigo, iba a ser destituido de su cargo. Fue una contradicción de primer orden. En el año 2023 trabajamos más casos que nunca y nos esforzamos para que los plazos de tramitación no se alargaran. Lo conseguimos, pero me temo que será muy difícil lograrlo este año.

¿Su Oficina seguirá existiendo al final de esta legislatura?

(Pausa larga) La Oficina seguirá existiendo porque así lo dice la Ley de Capitalidad, así que confío en que la base jurídica se mantenga. Nuestro trabajo es muy necesario y espero que al final no solo continúe, sino que se refuerce. Todas las administraciones deberían estar encantadas con nuestro trabajo porque les acompañamos en su mejora, mediamos y facilitamos siendo incluso una alternativa a los tribunales, que ya están sobrecargados y no son la vía más ágil para resolver según qué conflictos con la administración.

¿Qué explicación tiene para que Vox rechace la Oficina?

Habría que preguntárselo a Vox, pero han dicho públicamente que le parece innecesaria porque lo que hacemos ya lo hacen desde su partido, que por cierto a esta cuestión podría responder la ciudadanía para saber qué opinan ellos, sobre todo a quienes hemos podido atender desde nuestra oficina. En Vox opinan que representamos costes innecesarios para los contribuyentes, algo con lo que estoy totalmente en desacuerdo.

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