Vecinos del Paseo Marítimo de Palma, se unen contra la «degradación» del barrio por el ocio nocturno
«Estamos viviendo una ‘puntaballenización’», denuncian desde la recién constituida asociación vecinal
Expresan su hartazgo por el ruido hasta altas horas de la madrugada, la suciedad y la falta de control sobre el horario de cierre de los locales y terrazas
Los vecinos del Paseo Marítimo de Palma se han unido por primera vez en una asociación para combatir «la degradación» del barrio como consecuencia del empuje del ocio nocturno en la zona. «Estamos viviendo una ‘puntaballenización’. Estamos hartos de no poder descansar por las noches porque los locales incumplen el horario de cierre y de ver cómo por las mañanas está todo lleno de basura por los restos de los botellones que se organizan en la calle», lamentan.
Antonio Ruiz, María Rosa Forteza, Tomeu Pomar y Óscar Villa, miembros de la joven asociación de vecinos del Paseo Marítimo se citan con este diario en el muelle de la Golondrinas, donde está a punto de salir un ‘party boat’ cargado de jóvenes. Es otro de los puntos conflictivos de una zona que se embellecerá gracias al proyecto de reforma que está en ejecución pero que, advierten los residentes, no solventará los problemas derivados de la fiesta nocturna.
«Sabemos que hay locales que operan sin licencia y tienen abierto hasta la madrugada. Incluso organizan ‘afters’ ilegales hasta por la mañana. El Ayuntamiento lo tendría muy fácil para hacer una inspección y cerrarlos, pero no hacen absolutamente nada», lamenta Ruiz.
Hablan de noches en las que es imposible conciliar el sueño, culpa de locales que incumplen el horario de cierre y de jóvenes que alargan la fiesta en la calle con abundante carga etílica. Por las mañanas, especialmente los fines de semana, la suciedad invade la vía pública. «Sales a la calle y ves botellas, vomitados y basura. Y se meten hasta en los portales para orinar o drogarse, el otro día vi tirada en la puerta una papelina de cocaína», denuncia Villa.
Turistas en busca de fiesta
Los vecinos describen un paisaje muy similar al de Platja de Palma y Magaluf. «La gente se puede pensar que el Paseo Marítimo es diferente, que está todo más controlado, pero no es así. Tenemos los mismos problemas de ruido e incivismo, sobre todo en verano, cuando vienen un montón de turistas que solo buscan fiesta. Y los dueños de los locales ni se molestan en poner orden cuando hay gritos y peleas», explica Forteza.
Lamentan que las frecuentes llamadas nocturnas a la Policía Local para que hagan respetar los horarios de cierre y dispersen a los clientes que continúa con la fiesta en la calle «no sirven para nada».
El ámbito de acción de la nueva asociación va de la calle Monseñor Palmer hasta Porto Pí. Una línea de edificios asomados al mar y en cuyos bajos, lamentan los vecinos, solo florecen locales de ocios y ‘minimarkets’ cuyo principal negocio es, precisamente, la venta de alcohol. «Queremos que los controlen para que cumplan con la normativa porque venden alcohol por encima del horario permitido y nadie les dice nada», señala Ruiz.
En este sentido, también demandan «una mayor oferta comercial y de calidad» ante la proliferación de «chiringuitos de take away». Forteza señala que ha leído la normativa municipal y «en el Paseo Marítimo «no se cumple ni un solo punto».
Rechazan los aparcamientos que quiere Jaime Martínez
La nueva asociación de vecinos del Paseo Marítimo están satisfechos con la reforma que está en ejecución y que dará lugar a aceras más anchas y zonas verdes. Asimismo, rechazan el planteamiento del nuevo alcalde de Palma, Jaime Martínez, que tiene la intención de reclamar a la Autoridad Portuaria <strong>que modifique el proyecto para construir aparcamientos subterráneos</strong>. «Los residentes no los necesitamos y además eso retrasaría muchísimo las obras», indicaron.
De hecho, hace unos días se citaron con representantes de la Autoritat Portuàrica y descartaron tal posibilidad.
- La batalla por el último palacio en Palma: «Nos están acorralando, quieren acabar con Can Vivot»
- Gabriel Sabater, del bar Can Salat en Palma: “He sacado a gente del baño con la jeringuilla en el brazo, ahora mis clientes extranjeros me hacen muchas preguntas”
- «Si Pedro de Montaner hubiera hecho un hotel en Can Vivot, ahora se forraría y no tendría problemas»
- Turismofobia en el barrio de Nou Llevant de Palma: Aparece la primera pintada contra los nuevos residentes extranjeros
- El Coll d'en Rabassa se divide por la construcción de una gran zona deportiva con piscinas y un polideportivo cubierto
- El bar Mavi, la misma casa de comidas a punto de cumplir 70 años: Menú de marqués a precio de currante
- Vuelve la feria gastronómica BePalma
- Así quedan las 29 palmeras que han cambiado la imagen exterior del Auditorium de Palma