Tribuna

Ejemplaridad y compromiso

Blai Vidal

El pasado sábado tuvo lugar la tradicional Cena de Verano que la FMS ofrece a sus benefactores, una cena preparada mayoritariamente por el voluntariado.

Se daba la casual circunstancia que ese día tuvo lugar el traspaso de poderes en nuestra Corporación Municipal, por lo que invitamos a ambos alcaldes, así como a Conselleras y altos cargos de la Administración autonómica entrante y saliente y, tal y como esperábamos, asistieron todas y todos. Es mi deseo compartir con quienes no pudieron asistir, con nuestros patrocinadores, colaboradores y, asimismo, con la ciudadanía en general, unas reflexiones que me sugirió el evento.

Sobre la deseable naturalidad en el relevo, deseo destacar el saber estar del alcalde saliente, José Hila, que horas antes había cedido su «vara municipal» al sucesor y lo hacía asistiendo, como último acto público, a una cena solidaria, prueba de su compromiso con los más vulnerables. El nuevo alcalde, Jaume Martínez, inauguraba su mandato compartiendo una cena y acto solidario, preludio de su anunciado compromiso con los socialmente excluidos y necesitados.

Lo último para uno y lo primero para el otro, honra a ambos en un singular día cargado de emoción para ellos. A decir verdad, me sentí muy satisfecho y aliviado de que ambos mostraran una ejemplaridad en el relevo que me gustaría destacar porque es expresión de la grandeza de la democracia. Obviamente, el actual alcalde deberá defender sus programas y sus políticas y su antecesor hacer valer una constructiva oposición. Así debe ser. Sin embargo, lo relevante de la imagen transmitida es que la solidaridad con las personas más necesitadas, con los inmigrantes, con los condenados a un presente duro y un futuro desesperanzado, está por encima de todo y que no conoce o no debiera conocer, de colores políticos.

Esa aludida naturalidad y tácita aceptación de ambos en un ejemplar comportamiento debería inspirar una respetuosa relación entre los rivales políticos. Eso y otros detalles que no vienen a colación, fue lo que visualizaron y experimentaron los más de 50 jóvenes (futuros ciudadanos que ejercerán su responsabilidad) voluntarios y voluntarias asistentes a la cena. Este fue el gran regalo que nos ofreció esta inolvidable cena de Son Ripoll.

Hasta siempre Jose y hasta pronto Jaume.