Las Jerónimas denuncian molestias y daños al convento por parte de animalistas y la dueña de una gata que se ha instalado en el recinto

Las religiosas sufren "continuas llamadas telefónicas" y el lanzamiento de bolsas de comida por la tapia "que suponen un peligro para el patrimonio protegido" - Lamentan que el felino se ha comido siete pollitos

La cuidadora llama a la gata del convento de las Jerónimas de Palma

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

Las monjas Jerónimas denuncian que están sufriendo molestias por parte de animalistas del barrio de la Calatrava y de la dueña de una gata que el pasado 21 de abril entró en el convento y se resiste a abandonarlo. Asimismo, lamentan que la propietaria del felino le lanza bolsas de comida por encima de la tapia del convento desde su casa -vive en un edificio colindante-. "También lanzó una garrafa llena de pienso con una cuerda que ha caído sobre el tejado de nuestro porche de lavaderos, con el peligro potencial a los elementos arquitectónicos protegidos", subrayan en un comunicado. 

Las monjas viven ahora en Inca, pero denuncian llamadas telefónicas constantes de los animalistas, que les exigen poder entrar para "rescatar" a la gata, de nombre Accattone. En el Convento de las Jerónimas hay un equipo de personas que cuidan la huerta y realizan tareas de mantenimiento, y critican continuas llamadas a la puerta del recinto, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). 

"La gata campa libremente por sus fueros, por las huertas, jardines, tejados y porches del monasterio. Los siete pollitos recién nacidos de las gallinas del monasterio han perecido", lamentan las religiosas. 

Accattone se resiste a abandonar el convento.

Accattone se resiste a abandonar el convento. / DM

Han puesto el caso en manos del Departamento de Medio Ambiente y Bienestar Animal del Ayuntamiento de Palma, que ha instalado jaulas con comida para tratar de atrapar a Accatone y devolvérselo a su dueña. Sin embargo el felino, adoptado de la calle, es escurridizo. 

Las Jerónimas aseguran que la comida que lanzan los animalitas "se desparrama por la huerta y sobre los tejados, con el consiguiente perjuicio, pues de los tejados se recoge el agua que se deposita en nuestras cisternas, con un evidente peligro de contaminación de los acuíferos".

Una de las jaulas-cebo que ha puesto el Ayuntamiento de Palma.

Una de las jaulas-cebo que ha puesto el Ayuntamiento de Palma. / DM

Las dos responsables de Accatone -una mujer es la dueña y otra la tiene en acogida-, y los vecinos animalistas, aseguran que la gata está sufriendo porque le oyen maullar. Las monjas, en cambio, señalan que está "feliz" campando a sus anchas por el recinto, aunque esperan que el felino acabe abandonándolo. 

Las monjas permitieron la entrada a la mujer que tiene el felino a su cuidado por espacio de una hora, pero Accattone no respondió a su llamada.