La intervención de la portavoz del PP, Mercedes Celeste, transcurría por los cauces previstos trantandose del principal grupo de la oposición hasta que puso sobre la mesa «los escándalos» protagonizados por el alcalde y su «delicada» relación con la justicia.

En el primer caso hizo mención a la propuesta de supresión de dos calles dedicadas a dos almirantes, al acusar de franquistas a dos militares de los siglos XVIII y XIX, y a la polémica surgida con la celebración de la Semana del Orgullo, que finalizó «con una guerra campal» entre el equipo de gobierno, refiriéndose a la salida del gobierno municipal de la concejala de Podemos Sonia Vivas y Rodrigo Romero, de la misma formación.

Celeste recordó asimismo que el funcionario que afirmó que «nunca aceptó tramitar y firmar asuntos que considero ilegales» fue cesado inmediatamente, «aunque nunca se han sabido los detalles del expediente de la concesión de s’Escorxador», como tampoco se ha aclarado qué ocurrió con el acta policial del Hat Bar, o el «escándalo» de las notificaciones de las multas de tráfico y la prórroga del contrato a la empresa expedientada. También hizo mención a la «delicada relación» del alcalde con la justicia, cuyo equipo de gobierno ha cosechado «una sentencia por prevaricación, una acusación por delito medioambiental y una sentencia por incumplimiento de la ley de protección de datos».

El juicio del caso Cursach se coló en el salón de plenos al hacer referencia Celeste a la ejecución de las presuntas amenazas de un fiscal a agentes detenidos, lo que fue objeto de una sonora protesta por parte de la concejala Angélica Pastor, quien recordó que le habían archivado hasta 13 denuncias.