Me fascina la facilidad con la que normalizamos (yo el primero, ¿eh?) el hecho de que fondee un portaviones nuclear en la bahía de Palma. Digo un portaviones por no decir una guerra aquí al lado, y no escribo más que se me derrite el helado.
Oferta Flash
Suscríbete a Diario de Mallorca durante nueve meses por tan solo 9,99 euros