La playa de es Portitxol dispondrá este verano de socorristas de forma permanente y no ocasional como en las pasadas temporadas. Esta es una de las principales novedades contempladas este año por el Ayuntamiento de Palma que afecta al servicio de vigilancia y socorrismo de las playas y las zonas de baño de la ciudad, al margen de que ya no habrá, como en los dos veranos anteriores, restricciones de aforo ni la obligación de guardar las distancias de seguridad debido a la covid-19.

Tal como han explicado esta mañana el teniente de alcalde de Medio Ambiente y Bienestar Animal de Cort, Ramon Perpinyà, y el coordinador del área, Nicolau Cañellas, este servicio se pondrá en funcionamiento a partir del próximo domingo, día 1 de mayo, y tendrá continuidad hasta el 31 de octubre. En la denominada temporada alta, que va desde el día 1 de mayo hasta el 15 de junio, en las playas de Cala Major, Ciutat Jardí, Can Pere Antoni, Cala Estància y la Platja de Palma, habrá vigilancia entre las 11:00 horas y las 18:00 horas, mientras que entre el 15 de junio y el 31 de octubre los socorristas se desplegarán entre las diez de la mañana hasta las siete de la tarde, excepto en Cala Major, en la que el servicio acabará media hora más tarde.

El número de socorristas también variará en función de la época. De esta forma, en la denominada temporada baja, la empresa adjudicataria del servicio, Emergències 7000, deberá asignar 29 personas a este cometido, según se estipula en el contrato, mientras que en temporada alta deberá disponer de 34 personas.

Este personal realizará vigilancia estática en aquellas playas en las que hay torres de vigilancia, como en las siete existentes a lo largo de la Platja de Palma. Los socorristas continuarán realizando el conteo de personas tres veces al día, aunque solo a efectos estadísticos, puesto que no existe limitación de aforos.

Las zonas denominadas de baño que, por lo general, no disponen de los denominados servicios playeros ni de concesionarios que los exploten, también dispondrán de vigilancia, aunque no será, salvo en el caso de la playa del Portitxol en temporada alta, de forma permanente, sino itinerante, con un servicio de vigilancia dinámica y de procedimientos de emergencia y evacuación. Este servicio se prestará en las siete zonas de baño existentes en la ciudad que, incluyendo es Portitxol, son las siguientes: el Molinar, Cala Gamba, Cala Nova, es Carnatge, el Penyò, las rocas de Cala Major y Son Caios.

Según Perpinyà en estas zonas no es viable la presencia permanente de socorristas puesto que, por lo general, se trata de zonas de baño extensas en las que no existen servicios playeros, como es el caso del Molinar, o bien se trata de zonas alejadas y también extensas con rocas, por lo que se apela a la responsabilidad de cada bañista.

El servicio de vigilancia y socorrismo, además de las torres de vigilancia y señalización cuenta con los elementos necesarios para su señalización e información de las condiciones meteorológicas u otras circunstancias, como las correspondientes banderas rojas, verdes, amarillas. También dispone de otros elementos de apoyo para garantizar la seguridad de los usuarios de la playa, como embarcaciones de apoyo, puesto de socorro y ambulancia propia, entre otros. Todas las cuentan también, tal como establece la legislación vigente, con un Plan de Salvamento, con indicación de los elementos de seguridad necesarios, procedimientos de vigilancia, infraestructuras de Servicios, material de rescate y autoprotección y plan de evacuación.

El servicio se adjudicó por 1.581.590 euros para las temporadas 2022 y 2023 con un coste anual de 840.000 euros.

Las playas disponen también de la correspondiente señalización informativa de los servicios disponilbles, ubicación y horarios.