"El proyecto del club Náuticoes una excelente noticia para los socios que no tienen amarre", ha expresado hoy Joan Gual, presidente de la Autoridad Portuaria de Balears, la entidad que gestiona la ampliación de concesiones a los clubes del puerto. La del Náutico acaba en 2022. Para ampliarla, la condición es la de llevar a cabo una serie de reformas de mejora de sus instalaciones y de derribo de otras viejas que va a permitir el esponjamiento de la plaza donde está la Capilla de sant Elm.

Hoy se ha dado a conocer el proyecto arquitectónico firmado por Juan Morro, de SMS Arquitectos que implica las obras de demolición, la construcción del nuevo edificio y la construcción de un aparcamiento subterráneo de 100 plazas.

En ningún caso, la reforma incluye "ampliación de amarres", ha comentado el presidente del club Javier sanz. Sin embargo, el presidente de la Autoridad Portuaria ha recalcado que "con la ampliación del plazo de la concesión del Náutico, se van a generar amarres".

Ha incidido en "la necesidad que hay en esta tierra de lugares para dejar los barcos" y en atención "a los dos modelos de gestión, marinas cuyos beneficios se obtienen de los clientes y cuyos precios son más altos, o clubes, con socios. Si todo fuesen marinas, se dispararían los precios. Por ley, ahora los amarres que hay en un club náutico deben destinar un 80 por cien a socios y el 20 por ciento restante a tráfico mercantil".

El Náutico cuenta con 1060 amarres.

En estos momentos, una vez conocido el proyecto arquitectónico, se ha de analizar. "Esperamos iniciar las obras en un año y que concluyan en un plazo máximo de 2 años y medio", ha indicado Javier Sanz, presidente del club.

"Hemos presentado un proyecto amable con la ciudad y que al mismo tiempo nos permita mejorar el servicio a los socios y a los deportistas", ha reiterado Sanz.

Está en consonancia al cambio que se está propiciando en la zona con el proyecto ganador del concurso de ideas del contramuelle de los arquitectos Toni Forteza y Pere Rabassa.