La Empresa Municipal d'Aigües i Clarevegam (Emaya) comprará a lo largo de 2016 un volumen de agua desalada al Govern equivalente a la capacidad de almacenaje de los embalses de Cúber y el Gorg Blau con el fin de garantizar el suministro de líquido de calidad.

Como consecuencia de las escasas precipitaciones registradas en los últimos meses, los embalses se encuentran en estos momentos al 28,6 por ciento de su capacidad, por lo que se ha decidido no seguir utilizando más líquido procedente de los pantanos de la Serra con el fin de almacenar al máximo agua de cara al verano.

El plan elaborado por la empresa incluye la adquisición de 12,6 hectómetros de agua desalada a lo largo del año -a razón aproximadamente un hectómetro mensual-, lo que supondrá un gasto para la empresa de 5,7 millones. En el presupuesto de este año se preveía ha adquisición de 5 hectómetros con un gasto de 3 millones. Pese a este incremento la teniente de alcalde y presidenta de Emaya, Neus Truyol, insistió en que, al menos durante 2016, no se prevé el aumento de las tarifas.

De esta forma, debido a la sequía, tal como explicó Truyol, se prevé la compra de un poco más del doble de agua desalada de la inicialmente contemplada.

El suministro de líquido se completará con la aportación de 10 hectómetros cúbicos más procedentes del acuífero de s'Estremera y de los pozos de agua dulce de Alaró, Borneta y Can Negret. Otros 11,7 hectómetros cúbicos procederán de los pozos salobres del Pont d'Inca, na Burgesa y Verge de Montserrat, cuya agua es tratada por la potabilizadora de Son Tugores. De las fuentes de la Vila, Mestre Pere y d'en Baster se prevé utilizar solo unos 200.000 metros cúbicos. Si en lo que resta de invierno y la próxima primavera no llueve no se utlizará agua de los embalses. Si se producen precipitaciones, por el contrario, permitiría la utilización de un cierto caudal procedente de los pantanos, así como incrementar el agua de las fuentes para el consumo.

El peso de cada una de las fuentes de abastecimiento es distinto cada año en función de la pluviometría. De esta forma, en 2009, un año muy lluvioso, Palma se abasteció en un 28% de agua procedente de los pantanos, el 23,13% de las fuentes, el 21,83% de los pozos de agua dulce, otro 23% de los de agua salobre y solo el 3,3% de la desaladora.

El año pasado, en el que se registró una pluviometría moderada, se utilizó el 25% de líquido procedente de los embalses, el 27% de los pozos de agua dulce, el 26,8% de los de agua salobre, el 17% de las fuentes y solo el 2,65% de la desaladora de agua de mar. La previsión para este año si continúa la sequía es que el 73% de los recursos provengan de agua desalada o de pozos salobres (el 36,7% de la desaladora y otro 36,7% de la potabilizadora). El resto, en un 28%, se obtendrá de s'Estremera y de los pozos de agua dulce y solo el 0,58% de los embalses.

Las anteriores medidas se incluyen en el plan contra la sequía que Palma, como municipio de más de 20.000 habitantes, tiene la obligación de redactar. Su aplicación se realizará en coordinación con la conselleria de Medio Ambiente en función de las distintas fases de prealarma, alarma y emergencia, que se decreten en cada caso.

El plan también incluirá la realización de una auditoría de gestión del agua, con la que se pretende disminuir las perdidas en la red, además de otro para el uso del agua regenerada, con el que se intentará una mayor eficiencia en la utilización de este líquido para el riego, disminuyendo de esta forma los actuales vertidos al mar.

En colaboración con la Conselleria se realizará también una campaña de formación y concienciación del consumo de agua responsable.