La asociación Orígens, que agrupa a las familias que han denunciado casos de niños robados, mostró ayer su satisfacción tras la primera apertura de una tumba en Mallorca para investigar la presunta sustracción de una recién nacida.

La vicepresidenta de la entidad palmesana, Paloma Alcahuz, afimó que se trata de “un logro muy grande tanto para la asociación como para los asociados”. No obstante, la portavoz solicitó que la justicia y los cuerpos de seguridad investiguen “todos los casos por igual” y abran las fosas comunes para comprobar los cuerpos de bebés que se enterraron en ellas.

“Es una ventana abierta para que continúen las investigaciones de las denuncias de niños robados. Pero da que pensar que abran tumbas privadas y no hayan abierto ninguna fosa común”, afirmó Alcahuz.

La sepultura que se destapó el lunes se trataba de una tumba familiar, lo que podría facilitar la inspección del enterramiento y la exhumación de los cadáveres. Fuentes policiales explicaron a este diario que resulta muy difícil realizar pruebas de ADN a partir de los restos humanos inhumados en una fosa común, y más aún de bebés, ya que sus cuerpos todavía no se han formado por completo. Para la portavoz de Orígens, “esa no es una excusa suficiente”.

“Se deben investigar todos los casos por igual. El paso de ayer [por el lunes] fue grande, pero sería aún más importante si se ordenara abrir una fosa común. Por ello seguiremos en la lucha constante para que no se archiven más denuncias”, agregó Alcahuz. La vicepresidenta de Orígens lamentó que “los denunciantes deben probar que los niños que buscan están vivos”. En cambio, “el Estado no quiere acreditar que murieran”.

El pasado lunes y por orden judicial tuvo lugar la primera apertura de una tumba en Mallorca para investigar si una niña fue robada del hospital Son Dureta hace cuatro décadas. Dos policías y tres empleados de la Empresa Funerària Municipal de Palma se encargaron de realizar una inspección ocular preliminar del interior de la sepultura, tal y como ordenó una jueza de instrucción. No se realizó la exhumación de ningún cadáver de la tumba.

La denunciante es una vecina del barrio de Sant Agustí, que afirma que en 1970 perdió a su hija nueve días después de su nacimiento. Ni ella ni el que entonces era su exmarido vieron el cuerpo de la niña, según relata la madre. Tras conocer a través de la prensa los casos de robo de niños sucedidos a mediados del siglo XX en España, se puso en contacto con la asociación Orígens, que la ayudó en la recopilación de pruebas y la tramitación de la denuncia.

Más denuncias pendientes

Alcahuz señala que ya se han archivado unos treinta sumarios en Mallorca sobre casos de presuntos niños robados por falta de pruebas, ya que los entierros se realizaron en fosas comunes. En la actualidad hay unos diecisiete casos en investigación, mientras que la entidad asegura que quedan “entre diez y quince denuncias por remitir a los tribunales”.

Tras cuatro años de existencia, agrupan a 86 familias. La portavoz de la entidad recuerda que “cualquier persona que pueda haber sufrido un caso similar o tenga dudas sobre su nacimiento puede recurrir a la asociación”. Su forma de contacto es a través de su página de Facebook, bajo el título Palma de Mallorca, Orígenes.