Opinión

La IA lo tiene claro: sobrevivir en Mallorca es una actividad de riesgo

Las viviendas que se edifican en Mallorca son mayoritariamente de precio elevado

Las viviendas que se edifican en Mallorca son mayoritariamente de precio elevado / Guillem Bosch

Días atrás me topé con varias noticias que reflejaban una tendencia imparable en los últimos años en España: la expulsión de los vecinos de sus barrios de toda la vida por el encarecimiento, entre otras cosas, del acceso a una vivienda. La primera información se titulaba «El drama de la vivienda en Valencia: ‘He tirado la toalla, vivo en casa de mi madre’»; la segunda se encabezaba así: «Los precios de los alquileres en Balears aumentan un 17% en el primer trimestre del año». Nada nuevo bajo el sol. O sí, vamos a ver.

Como las opiniones –ya sabemos que son como las posaderas, todo el mundo tiene las suyas- las carga el diablo, decidí encomendarme a la inteligencia artificial. Y lo hice por dos motivos: porque debería ser inteligente, cosa que no puede ni mucho menos aseverarse de quien redacta estas líneas; y, en segundo lugar, porque se presupone que es objetiva, o por lo menos no está influenciada por los sesgos que nos condicionan a todos.

Pues bien, la cosa fue tal que así. Le pedí a ChatGPT que me hiciera el favor –hay que tratar de ser educado siempre, pero más si cabe con una máquina que te puede dejar en ridículo- de extraer de fuentes fiables los siguientes datos: cuánto se había encarecido el coste de la vida en Mallorca en la última década, centrándose en el incremento de precios a la hora de adquirir o alquilar una vivienda, en la subida de los productos de primera necesidad así como de la cesta de la compra en general, además de tener en consideración el aumento del coste de los servicios básicos (ropa, internet, transporte, suministros, carburante, etc.); y que lo relacionara con la subida de los sueldos durante estos últimos 10 años.

El resultado –una evidencia a todas luces- fue demoledor. Ésta fue su respuesta: «En términos de compra de vivienda, se ha observado un incremento de, aproximadamente, un 25% a 30% en los precios. El coste del alquiler también ha tenido una tendencia al alza del 20% al 25% en los últimos 10 años. Mientras el coste de la vida subió considerablemente -en Baleares se sitúa en el 80% del salario promedio-, los sueldos aumentaron mucho menos en comparación con los precios de la vivienda, los alquileres, la cesta de la compra y los servicios básicos. El incremento salarial durante el mismo período ha sido de entre el 10% y el 15%, lo que ha contribuido a la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos».

El interrogante que se nos plantea ahora es palmario: si hasta la IA tiene claro que pronto dejará de ser factible para un mallorquín, de clase media para abajo, residir en su tierra, ¿por qué quienes legislan y gestionan nuestros impuestos no impiden que se nos esté expulsando de manera silenciosa? ¿El fenómeno de la gentrificación es imparable? Mucho me temo que esta cuestión se quedará sin respuesta… Salvo que dentro de un tiempo volvamos a consultarle por este asunto a la inteligencia artificial, quién sabe si ya desde el exilio.

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