Opinión | TRIBUNA

Afectos y palabras por la igualdad

Hoy lunes 11 de marzo llevaremos a cabo una nueva edición de «Paraules per la Igualtat», un sencillo acto en el que contaremos con la presencia de personas -hombres y mujeres- que con su palabra tratarán de dar testimonio de esa necesidad inaplazable

Ilustración: Afectos y palabras por la igualdad

Ilustración: Afectos y palabras por la igualdad / DM

De un tiempo a esta parte pienso si el feminismo no lo impulsa también esa masa de mujeres llamémoslas corrientes, ajenas a los debates y a las manifestaciones de una fecha que al fin y al cabo es también su fecha, aunque no participen de un modo directo en las movilizaciones y las tertulias de toda índole organizadas alrededor del 8M. No digo que no estén bien y que no sean necesarios, esos actos, que desde el grupo que presido también promovemos, sino simplemente si las tareas cotidianas, los afectos y los cuidados -que de manera aún mayoritaria prodigan nuestras parejas, madres y abuelas- no deberían figurar en un lugar destacado de los anales del feminismo, un movimiento social que ha conseguido mucho más protagonismo en los últimos años y que pese a las discrepancias sabrá mantener su esencia y objetivos.

Esa es al menos la sensación que vengo experimentando últimamente al hablar del tema con la gente corriente, personas no ideologizadas en su mayoría, que tratan de llevar una vida normal y que procuran -especialmente ellas, las mujeres, insistamos- dar un marchamo de vitalidad y mejora a nuestra existencia entre tanta mentira y confusión como nos acecha. Me estoy refiriendo a esas madres que ejecutan a diario tareas como acompañar a los niños a la escuela, a esas abuelas que mientras tanto hacen la compra y preparan la comida para que esté lista al mediodía, sin abandonar por ello otras tareas de sustento personal y colectivo. A todas esas mujeres, en fin, que han hecho también de su vida un rosario de labores casi nunca reconocidas pero a la vez imprescindibles para el funcionamiento normal de la estructura familiar y social. Y que en demasiadas ocasiones, no está de más el recordarlo, reciben a cambio no ya la indiferencia o el menosprecio hacia su trabajo, sino una violencia cruel e incomprensible por parte de algunos -demasiados, desgraciadamente- hombres, y a las cifras me remito.

Reconozco que no me gusta la palabra «empoderamiento», tan de moda en la terminología feminista al uso. No estoy seguro de que lo que necesiten la mayoría de mujeres sea poder, al menos en su acepción de fuerza y de dominio sobre alguien o algo, sino más bien reconocimiento, prestigio para sacarlas del anonimato injusto en el que muchas de ellas aún siguen sumidas. Me molesta, lo reconozco, esa imagen típica y tópica usada en los carteles reivindicativos en la que una mujer luce sus bíceps en una inequívoca demostración de fuerza. Me parece un símil tremendamente masculino y banal; creo que su fuerza, la de las mujeres, también radica en la capacidad de cuidar, acompañar, decidir y transmitir afecto a quién lo necesita, en cualquier ámbito o situación, y que a menudo pasa completamente desapercibida. Deberíamos aprender a valorarla en su justa y necesaria medida, esa capacidad; solo entonces estaremos en condiciones de comprender el alcance y la dimensión del feminismo, su inteligente apuesta por la igualdad y la reconciliación con el género humano.

Paraules per la igualtat

Paraules per la igualtat / DM

Mientras tanto no estará de más que hablemos de ello, que utilicemos las palabras para verbalizar todos esos sentimientos y anhelos universales. Para ello, una vez más y por noveno año consecutivo, hoy lunes 11 de marzo llevaremos a cabo una nueva edición de Paraules per la Igualtat, un sencillo acto en el que contaremos con la presencia de personas -hombres y mujeres- que con su palabra tratarán de dar testimonio de esa necesidad inaplazable. Mónica Calzetta Ruiz, Iolanda Cirer Sotos, Anna Moilanen Jaakola, Pep Noguera Estarellas, Joana M. Pastor Perelló, Jaume Perelló Alorda, Elisa Rosselló Forteza, Verònica Sáez Moragues, Horacio Sapere, Antoni Torres Martorell y Jaime Tovar Jover serán, en esta ocasión, quienes con su voz darán protagonismo a esa voluntad de seguir avanzando desde la normalidad, descubriéndonos si cabe la excepcionalidad que, desde sus postulados básicos e irrenunciables, comporta el feminismo bien entendido.

Os esperamos pues, no falléis a la cita. Será, una vez más y en lo que ya casi constituye una tradición cuando hablamos del 8M, en el Obrador de Músics de Marratxí, en pleno corazón d’Es Pont d’Inca. Allí estaremos de nuevo para celebrarlo juntos, todas y todos.

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