Grave Crisis en la Agricultura, Pesca y Ganadería

Es una fuente de producción con muy poco poder de maniobra, lo que está estrangulando cada día más a este sector productivo

Lluís Ramis de Ayreflor

Lluís Ramis de Ayreflor

La semana pasada estallaron las grandes protestas del sector primario, primero en Francia, y luego se han ido extendiendo a toda Europa, como una gota de aceite, pero son unas manifestaciones que en forma más discreta empezaron hace meses en Alemania, Polonia, o la misma Francia y España no será una excepción.

Aclarando, en primer lugar, la más absoluta condena a las acciones violentas a transportistas, a sus vehículos y a sus mercancías, intentemos ver si es una simple manifestación o hay razones profundas que llevarán a que se convierta en un problema grave y de larga duración.

La situación del sector primario es complicada, diría más, insostenible, y por ello auguro un difícil horizonte durante todo el 2024 y futuros años.

Como datos para entender la coyuntura, tenemos que los agricultores son una población de 6 millones en la Unión Europea, y en España, de 1,5 millones, que se enfrentan a una situación insólita, porque esta materia está regulada por tres administraciones: la europea, la estatal y la autonómica en el caso de España, es decir, hiperburocratizada, regulada y subvencionada.

Al otro lado, nos encontramos con personas con grandes conocimientos sobre su profesión, pero que difícilmente tienen tiempo para entender y dedicarse a normas de tantas administraciones.

La situación a la que se enfrentan estos profesionales, nuestros payeses, depende muy poco de ellos mismos, de su trabajo, de la calidad de sus productos. Es una fuente de producción con muy poco poder de maniobra, lo que está estrangulando cada día más a este sector productivo. Y esto lo comprobamos en las realidades siguientes a las que se enfrenta:

El cambio climático, las sequías o las grandes lluvias torrenciales, les afectan totalmente en la producción, y no pueden actuar, ni siquiera predecir. El ejemplo de Cataluña, que ha aprobado la semana pasada reducir el 75% la cantidad de agua dedicada a este sector, es fundamental en sus cosechas, pero no tan sólo de este año, sino de futuros, ya que muchos árboles productivos pueden morir por la falta de riego, y esto afectará a una generación de frutales.

Las regulaciones de carácter medioambiental, especialmente sobre la pesca y ganadería, obliga, con la ley de protección animal, a eliminar granjas que no están amortizadas, o a cambiar la forma de producción con nuevas iniciativas generalmente acompañadas de inversiones imposibles de afrontar para los más pequeños. Por ello, están tomando decisiones de eliminación de alguna de estas actividades que eran complementarias de las agrícolas y producían unos ingresos adicionales que completaban sus rentas. Las limitaciones de capturas en el sector pesquero, con sus vedas correspondientes, les empujan al desguace de embarcaciones, no se faena el día que uno quiere sino los que permite el mar, y los mariscadores lo mismo.

Incremento de costes. Hablamos de las materias primas del sector primario, como son semillas, abonos, pesticidas medioambientales exigidos, gasoil, tamaño de las redes, sobre los que ellos no tienen ninguna capacidad de negociación, ya que les vienen impuestos desde fuera y en muchos casos desde las administraciones, que no siempre actúan con sensibilidad.

Incremento de costes laborales. Es un sector intensivo en mano de obra, hay que tener en cuenta que representa alrededor de un 3% del PIB y en empleo representa el 4% (una cuarta parte más). Tampoco aquí tienen poder de negociación, ya que en una gran mayoría de casos están sujetos al salario mínimo interprofesional que decide el Gobierno, y en los dos últimos años representa el 13% más, por lo tanto, afecta a sus costes de producción.

Falta de fuerza en la cadena de distribución, ya que los mayoristas compradores son los que marcan el precio, ante la pasividad de las administraciones que son tan reguladoras en los otros aspectos, aquí no hacen cumplir la ley de que no se puede exigir la compra a pérdidas del productor.

Competencia desleal por parte de países de fuera de la UE, que no tienen regulaciones medio ambientales tan rígidas y costosas, tanto en el mar como en la tierra.

Por todo ello, es necesario que el sector primario, agricultura, pesca y ganadería, tenga una consideración de estratégico para UE, a pesar de su poca influencia en el PIB, si queremos tener una alimentación asegurada y de calidad, ante cualquier crisis que pueda venir, y no depender de las importaciones. Hemos de aprender de la pandemia del covid19, y darle un tratamiento adecuado -ya que está regulado y burocratizado-, que permita la subsistencia de sus trabajadores en la UE.

¿A que ningún país querría que su sanidad dependiera de terceros países? Ya sabemos que una sanidad pública tiene un coste, pues el sector alimentario en el primer eslabón de la cadena, es estratégico, y tiene un coste para asegurarnos la independencia y, además, que el campo europeo esté cuidado porque el paisaje es un bien patrimonial que debemos pagar y proteger entre todos.

De no tomarse medidas, la situación del sector será más explosiva.