tribuna

Tenemos un año para cambiar

Fernando Fernández Such

Fernando Fernández Such

Recién salidos de las fiestas navideñas hemos empezado fuerte con dos jornadas de trabajo densas y de enorme trascendencia para el futuro inmediato del sector agrario. El año 2024 será un año de cambios, unos cambios que exigirán un esfuerzo para todas las partes. En primer lugar, para los payeses, pero también para las organizaciones y para la administración agraria. Si logramos sumarnos al carro y ponerlos en marcha, el sector saldrá fortalecido.

La primera jornada se centró en la explicación de cómo ha empezado a operar el nuevo Sistema de Información de Explotaciones Agrarias (SIEX) y, por fin, pudimos mostrar cómo es y cómo funciona el Cuaderno Digital de Explotación que se pone a disposición de forma abierta y gratuita por parte de las administraciones agrarias. Estaba orientada tanto a los representantes y técnicos de organizaciones agrarias, cooperativas y otras entidades del sector, como al personal técnico de las delegaciones comarcales. El SIEX se convierte así en la gran base de datos del sector agroalimentario de España. Conecta el conjunto de todas las bases de datos y registros administrativos públicos. Será interoperable técnica y sistemáticamente con los Registros de Explotaciones Agrícolas de las CCAA y con los Cuadernos Digitales de Explotación que se utilizarán desde cada una de las explotaciones agrarias. Cada dato que se incorpore alimentará el sistema. Los implicados ya conocían esto. Pero como siempre pasa, una cosa es saberlo porque lo pone un real decreto, y otra cosa es que en una jornada te lo cuenten todo de una vez y que te digan «que esto ya va». A partir del 1 de septiembre de 2024, cerca de 1.600 explotaciones de Islas Baleares estarán obligadas a utilizar el Cuaderno Digital; el resto entrará un año más tarde. Para preparar este momento, desde la Conselleria pondremos en marcha, en coordinación con las entidades colaboradoras y en periodo voluntario, un plan que dará seguimiento a 100 explotaciones agrarias que decidan comenzar el 1 de marzo y hasta el 1 de septiembre.

La segunda jornada fue el viernes y se centró en el sector ganadero. Se explicó en qué punto se encuentra el desarrollo del PRADIB (Plataforma de Gestión de la Ganadería y Animales de Compañía de las Illes Balears) Una plataforma desde la que ganaderos, veterinarios, técnicos de la administración y organizaciones agrarias y cooperativas podrán gestionar todos los trámites y las informaciones de la ganadería. El objetivo improrrogable es que en 2024 esté en funcionamiento. También se explicó cómo avanza el nuevo REGA (Registro de Explotaciones Ganaderas) y las mejoras que queremos introducir. Pero también se abordaron otras dos cuestiones que entran en vigor este mismo año. En el mes de mayo todas las explotaciones que no sean de autoconsumo o de reducido tamaño tendrán que tener designado un veterinario de explotación. Y desde ya, todas las explotaciones a partir de un cierto tamaño deben comunicar a través de un sistema que se denomina ECOGAN cuáles son sus estimaciones de emisiones de gases de efecto invernadero y qué prácticas utilizan para reducirlas. Ya se imaginarán que todo este bloque acaba de alguna forma conectado en el SIEX del párrafo anterior

Sin duda todo esto abruma a cualquiera. A partir de aquí, lanzo varias reflexiones breves. En primer lugar, los tiempos se agotan. Tenemos un año 2024 para cambiar. En segundo lugar, los cambios son profundos y nos afectan a todas las partes. La única forma de afrontarlos es con más cooperación y diálogo, acompañado de paciencia mutua. En tercer lugar, es inútil pensar que la mejor estrategia es oponernos a ello. En cuarto lugar, entiendo que una parte de los agricultores y ganaderos piensen que todo esto les impide «hacer de payeses». Lo siento, pero desde hace ya muchos años todo esto forma parte de la profesión de payés. En quinto lugar, como en todo proceso de cambio, surgen las resistencias también desde diversos ámbitos profesionales. En sexto lugar, y último, será imprescindible una nueva distribución de funciones y tareas entre todas las partes implicadas, técnicos y funcionarios, agricultores y ganaderos, y organizaciones agrarias y cooperativas.