Derrota y victoria electoral como ficción

Miguel Vicens

Miguel Vicens

Tres semanas después de su derrota electoral, el Govern en funciones sigue encadenando balances triunfales de sus ocho años de gestión a la espera de que se produzca el inexplicable relevo. Solo le queda ya culpar a los ciudadanos que el pasado 28 de mayo votaron otras opciones y no supieron valorar la brillantez de las políticas que aplicó y la excepcionalidad histórica que han supuesto las dos últimas legislaturas en Baleares

La sucesión de elecciones, de Autonómicas a Generales, le ha ahorrado al PSOE en Baleares el ejercicio de la autocrítica, la explicación pública de los motivos superpuestos de su derrota o el debate sobre la sucesión en el liderazgo, resuelto atropelladamente con Francina Armengol de candidata al Congreso por Baleares como solución inmediata y con Armengol como candidata a la presidencia del Govern en 2027, siempre que no encadene una segunda derrota electoral el 23 de julio que le obligue a retomar de golpe todo lo aplazado.

Tres semanas después de su victoria electoral, el PP de Marga Prohens sigue repitiendo el mantra de que quiere gobernar Balears sin Vox, como si los resultados electorales le permitieran escapar de esa incómoda tutela sin la mayoría absoluta en el Parlament y como si no hubiera llegado ya a acuerdos de gobierno en ayuntamientos de Mallorca sin ninguna dificultad. La proximidad de las Generales le obliga también a escenificar una ficción, a recrear una supuesta dura y prolongada negociación, marcando supuestas líneas rojas y dificultades insalvables que en realidad no lo son. Pero las urnas le aconsejan marcar diferencias al margen de las necesidades propias y las de Vox, que son pactar a toda costa en todas las instituciones en las que puedan hacerlo.