Equilibrar España

Antonio Papell

Antonio Papell

Fedea, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, una institución creada en 1985 por Luis Ángel Rojo, realiza, entre otras tareas de extrema utilidad, un trabajo admirable de observación, acopio de datos y elaboración estadística que nos permite conocer la evolución ponderada de nuestro país, la distribución territorial de la renta y la riqueza, los movimientos internos y, en definitiva, el éxito o el fracaso de las políticas desarrollistas, así como los efectos de la descentralización experimentada después de la larga etapa franquista.

Se aproximan relevantes procesos electorales, previos a una nueva legislatura cuyo signo está en juego. El dilema es conocido: o continuará gobernando una coalición de izquierdas más o menos parecida a la actual, o lo hará una alianza de derechas, en la que difícilmente se podrá escamotear su papel a Vox, la fuerza de extrema derecha que cuarenta años después del final de la dictadura ha surgido con ímpetu para recuperar los valores unitarios y españolistas de aquel periodo. La controversia electoral será previsiblemente intensa, y resultaría deseable que los partidos no se limitaran a descalificarse mutuamente sino que hicieran un esfuerzo programático. Para lo cual no estaría de más que dieran una ojeada a los desequilibrios de este país. La contribución de las aportaciones de Fedea sería definitiva a la hora de planificar una verdadera política de reequilibrio territorial.

El dibujo que hace Fedea del proceso español es tan realista como decepcionante ya que la conclusión principal de toda la tarea realizada es que en los últimos 70 años –es decir, desde mediados del siglo pasado a hoy día— las diferencias sociales, de renta y de bienestar, se han cronificado. Hay infinidad de datos que avalan esta afirmación, que era sintetizada recientemente así por un periodista: en el año 1955, Extremadura era la comunidad con los sueldos más bajos de España mientras Madrid tenía los más altos. Hoy esa distribución es idéntica. En casi 70 años, la economía y la sociedad han evolucionado pero el número de orden que ocupaba cada región en pleno franquismo es el mismo que actualmente. Andalucía, por ejemplo, era y es el territorio con más parados. El salario medio en 1955 en Extremadura era de 78 euros (12.978 pesetas) frente a los 28.560 euros del 2021. En Madrid se pasó de 184 euros (30.615 pesetas) a 38.389 euros. El desnivel se mantiene. Lo que se aprecia es que aunque las diferencias permanecen, no son tan abultadas porque la distancia se va reduciendo lentamente.

El orden de las CCAA por PIB per cápita se mantiene asimismo, aunque varían levemente las diferencias; la excepción es Madrid, que sobrepasa a Cataluña en la cabecera desde 2017 a causa de la desestabilización política del Principado (el PIB catalán es del 19,1% frente al 19,4% de Madrid, que en 1955 representaba el 11,7% frente al 19% de Cataluña).

Ello es así a pesar de que la financiación autonómica, regulada por las sucesivas versiones de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) tiene carácter progresivo, de manera que los ingresos de cada autonomía son inversamente proporcionales a su lugar en el ranking. Por concretar, Extremadura, Andalucía y Canarias eran y siguen siendo los farolillos rojos de la clasificación. Además, El PIB per cápita de Canarias es el más bajo de España, con 17.448 euros. Y a continuación se ubican Andalucía (17.747 euros), Melilla (17.900 euros) y Extremadura (18.301 euros).

Por fortuna, el conjunto de España se ha elevado. De media en España, los salarios han crecido desde los 117 euros del 1955 a los 33.249 actuales. Ese aumento es muy superior a la inflación y se debe al incremento de la productividad. Solo con la inflación, el salario medio del 1955 sería hoy de poco más de 6.700 euros, con lo que este indicador se ha multiplicado por 280. Pero representa un fracaso que las terapias progresistas aplicadas para elevar el nivel de las regiones menos favorecidas hayan fracasado. Lo que indica que la planificación ha resultado insuficiente. Toca desde hace tiempo redactar una nueva LOFCA y será entonces cuando haya que evaluar todos estos datos para reconstruir y equilibrar el país, minorando las todavía insoportables diferencias.

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