Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José María de Loma

Palabras ocultas

Acaban de publicar en Estados Unidos un libro que contiene discursos históricos que nunca llegaron a pronunciarse. Como el que Hillary Clinton tenía preparado para dar si hubiese ganado las elecciones a Trump. O el de Eisenhower en caso de derrota tras el desembarco de Normandía. Su autor es Jeff Nussbaum.

Ay, cuántas palabras no dichas, cuántas frases guardadas en el coleto. Dónde irán. Cuántos te quiero o te odio o cuantos ven a casa o cuantos te admiro o cuantos déjame en paz, mediocre, no se habrán dicho. Por temor o timidez, por falta de arrojo o arrestos. Por situaciones que nunca llegaron a producirse. Todos llevamos un caudal de frases, palabras, discursos, que nunca hemos pronunciado y que nos van mordisqueando el alma o la conciencia o las partes bajas. Altas, incluso. Lo que pudo haber sido y no fue. Dicho. También hay, claro, palabras de más. A destiempo. Arrojadas sin pensar, envueltas en rencor, tapizadas en venganza, adobadas de resentimiento. A veces hay que arrepentirse de lo dicho pero también de lo no dicho. Ese elogio trivial que podría hacer feliz a un compañero y que no nos sale a tiempo. Ese saludo más largo y cordial al conocido con que nos cruzamos por la calle y que nos cae bien. Esa palabra de aliento que a veces regateamos por pudor, por prisa, por innecesaria reflexión sobre su conveniencia. Por otro lado: cuántas y qué palabras no nos habrán dicho. Y quienes serán los autores de esos vocablos no dirigidos nunca a nosotros. Pero sí pensados. Hay como una nostalgia de las palabras. Unos deseos acumulados también de frases que echamos una vez en falta que alguien nos dijera. Lo sobrellevamos en silencio. Tal vez sería mejor gritarlo.

Compartir el artículo

stats