La pasada legislatura, gestores y profesionales de la conselleria de Salud y Consumo y de numerosas áreas del Servicio de Salud llevamos a cabo una profunda reflexión sobre el modelo de salud que necesitábamos los ciudadanos de las islas para el futuro y, de forma conjunta, dibujamos las líneas estratégicas que consideramos esenciales: atención a las personas con enfermedades crónicas, atención a las personas con problemas de salud mental e impulso a la Atención Primaria para que esta pueda desplegar todo su potencial asistencial y también de promoción de la salud y hábitos saludables.

El Plan de Atención a la Cronicidad estableció protocolos claros para identificar y poner en el radar a las personas frágiles, para simplificar los circuitos asistenciales, y para garantizar la continuidad en el cuidado, tarea que supuso la incorporación de la figura de la enfermera gestora de casos, por ejemplo. Cobró también mucha fuerza el Programa del Paciente Activo, alineado con este nuevo modo de hacer las cosas que consistía no en decir a las personas lo que debían hacer, sino en ayudarles a disponer de toda la información y herramientas necesarias para que ellas pudieran decidir.

También se sentaron las bases para una mejor atención a la salud mental. Se creó la Oficina de Salud Mental; se aprobó el Plan de Salud Mental con medidas concretas para la prevención, atención y recuperación de las personas; se puso en marcha el Observatorio del Suicidio; se reformaron infraestructuras, como las del Psiquiátrico; se completó la red de equipos de Seguimiento Asertivo Comunitario, que facilitan, en el propio entorno del paciente, una atención proactiva, multidisciplinar y participativa; se promovió la desinstitucionalización de los pacientes, y se trabajó de forma muy estrecha con las asociaciones para luchar contra el estigma.

En primaria se promovió la apertura de los centros de salud por las tardes, lo que facilitó el acceso de la población, que además dejó de abonar un copago por la renovación de la tarjeta sanitaria. También se puso en marcha la prescripción enfermera; se implementó un plan de renovación tecnológica que incluía, entre otras cosas, dotación de ecografía clínica en todos los centros de salud, ECG digital, retinografía y dermatoscopia. Asimismo, se reformaron y ampliaron diversos centros para garantizar espacios adecuados para los usuarios y para los propios trabajadores y se reforzaron los recursos humanos.

Pero tan importante como esto fue que los centros de salud, además de atender a la enfermedad dedicaron muchos recursos y esfuerzos a la prevención. Dos ejemplos son la generalización de las rutas saludables —que gozaron de gran éxito de participación, y que permitían a los mayores ejercitarse y socializar con el apoyo de las enfermeras y fisioterapeutas—, y la puesta en marcha del Protocolo contra la violencia de género elaborado por la Dirección General de Salud Pública, que supuso la formación de decenas de profesionales de los centros de salud y la designación de referentes en la materia.

Trabajar en estas líneas estratégicas era nuestra prioridad. Y lo sigue siendo, si bien estos dos años de pandemia nos han obligado, con pena y desánimo para muchos, a modificar nuestras prioridades, a suspender algunas iniciativas o a posponer la activación de proyectos que estaban previstos.

Pero, como digo, lo urgente no puede desviarnos permanentemente de lo importante.

Por ello, desde la confianza y el optimismo, considero que es preciso realizar una reconexión con todos aquellos proyectos ilusionantes y prioritarios, cuyas acciones e indicadores están definidos, y que son el producto del trabajo de tantas y tantas personas. A su vez, esto nos permitirá reconectar de nuevo con nuestros pacientes. Los cuidadores lo sabemos: nos necesitan cerca y nosotros a ellos, todavía más.

El compromiso de la Consejería de Salud y Consumo es firme y decidido. Este año hemos logrado tener el presupuesto más elevado de toda la historia de Baleares y queremos que se refleje en importantes mejoras tanto para los profesionales como para los usuarios. El Parque Sanitario de Bons Aires es un ejemplo que toca a las áreas de salud mental y de primaria. Se eliminarán los muros del antiguo psiquiátrico y se construirá también un centro de salud.

Además, en breve se presentará el nuevo Plan de Atención Primaria, que prevé un análisis de necesidades y nos indicará el camino a seguir en los próximos años. Será un hito muy importante para mejorar la calidad de la atención y para garantizar la dotación de plantillas suficientes y estables, tarea en la que Salud se compromete a seguir trabajando con ahínco y, como siempre, dialogando con los profesionales, a quienes no solo debemos reconocer su excelente trabajo con palabras sino con hechos, dando continuidad a los procesos de estabilidad y oposición, así como ofreciéndoles proyectos profesionales que cautiven su compromiso.

Recientemente se reanudaron las rutas saludables tras el parón de la pandemia, una actividad cotidiana que, de repente, cobra un simbolismo especial. Pasado el peligro mayor, volvemos a encontrarnos para seguir caminando juntos. Es un mensaje que nos invita, a todos los profesionales, a reconectar con la salud. Escuchémoslo.