Desde 1987, el 28 de mayo se celebra el día internacional de Acción por la Salud de las Mujeres. Pudiera creerse que en pleno siglo XXI, casi 35 años después, pensar en que necesitamos un día de acción por la salud de las mujeres está de más, y sin embargo aquí estamos otra vez reivindicando lo que en realidad es un derecho humano y universal: la salud. Porque no podemos hablar de salud de las mujeres en una medicina que continúa siendo androcéntrica, que carece de conocimientos sobre la diferente morbilidad de mujeres y que continúa careciendo de una perspectiva de género tan necesaria para poder enfocar bien los problemas que las mujeres presentan.

Un simple ejemplo puede servir para entender lo que denunciamos. La realidad de cientos de millones de mujeres que menstrúan cada mes es todo un ejemplo de ello. La regla no se estudia, apenas se han publicado estudios científicos sobre ella desde principios de siglo lo cual solo contribuye a que la tradicional carencia de conocimiento se agrave y profundice. La realidad continúa siendo que esté normalizado que las mujeres tengan dolor con la regla y este prejuicio de los profesionales lleva a una demora de hasta 8 años en el diagnóstico de patologías tan dolorosas e invalidantes como es la endometriosis. O que la regla sea un cajón de sastre en donde caben todo tipo de problemas y su único tratamiento sea el administrar una píldora anticonceptiva a la cual por cierto administran engañando a las mujeres como «regulador de la regla», obviando en la mayoría de los casos la información sobre efectos adversos graves de estos fármacos. Tampoco está todavía bien reconocida la ferropenia de muchas mujeres menstruantes como una enfermedad en sí. Y no se reconoce porque la clase médica sigue normalizando la frecuente carencia de hierro de las mujeres y muchos profesionales no conocen las analíticas necesarias para diagnosticar una ferropenia.

La ciencia androcéntrica tampoco pone mucho interés en las enfermedades específicas de las mujeres: las considera menos graves y las controla medicalizándolas, especialmente con psicofármacos. Siguen queriéndonos poco en los ensayos clínicos y en la pandemia de covid hemos tenido muchos problemas para conseguir datos desagregados por sexo.

No es solo en el ámbito médico que necesitamos revisar cosas en este día. No podemos negar el impacto en la salud de las mujeres del más bronco patriarcado. De cómo las agresiones sexuales, prostitución y pornografía, el maltrato y la violencia hacia las mujeres hace imposible la utopía de buena salud que propone la OMS. Solo una mirada a nuestro entorno. A principios de mes denunciamos el incumplimiento del protocolo de atención a las mujeres víctimas de agresiones sexuales. Ni siquiera hemos obtenido confirmación de que las autoridades sanitarias hayan recibido el comunicado y nuestra solicitud.

La última semana podemos declararla semana trágica, el lunes amanecimos con el doble crimen machista de una mujer y su hijo, acabamos la semana con un recuento de 6 mujeres y un niño asesinados a causa de esa violencia machista enraizada en la estructura de nuestra sociedad.

Hace falta una mirada de género en la medicina… desde la universidad hasta los recursos sociales. Cuidar a las cuidadoras. Revalorizar las pensiones. Acabar con la brecha de género. Queda mucho por hacer y no cejaremos hasta conseguirlo.

* Associació de Dones de les Illes Balears per a la Salut (ADIB-DonaSana)