Ante la pandemia que nos asola, el escenario económico y social se presenta desde hace meses devastador siendo el sector turístico el que más gravemente se está viendo afectado y el que más tarde saldrá de la crisis. El Govern de la presidenta Armengol y el conseller Negueruela han generado incertidumbre con sus constantes contradicciones e inacción. La temporada se presentaba difícil, pero había una oportunidad de encontrar una línea de flotación si Balears se confirmaba como en un destino seguro y así se difundía correctamente entre los mercados emisores.

El sector turístico hizo sus deberes, implantó los protocolos sanitarios, formó a su personal, acató la nueva normalidad y fue proactivo, asumiendo un coste superior y afrontando una más que probable pérdida de beneficios. Dos meses después de la apertura de fronteras, los pronósticos perfilan un panorama dramático. A pesar del plan piloto, que no cumplió expectativas y que dejó de lado a Menorca, Eivissa y Formentera, las cancelaciones han sido superiores a las reservas y los establecimientos que habían hecho el esfuerzo de abrir sus puertas, ahora se están viendo abocados al cierre anticipado.

En este sentido habría sido deseable que el Govern hubiera apoyado las numerosas propuestas del Partido Popular dirigidas a reforzar la posición del destino, estableciendo controles epidemiológicos en puertos y aeropuertos, efectuando test masivos para verificar la seguridad sanitaria del destino, con pruebas PCR en origen, creando corredores seguros o con campañas de comunicación extraordinarias. Haciendo una comparativa vemos cómo mientras Armengol y Negueruela se dedicaban a crear titulares, a no defender los intereses de Balears ante Madrid y a prohibir en vez de gestionar, Canarias tomaba medidas para dar contenido al título "destino seguro" y contrataba un seguro para cubrir los gastos de los turistas que contrajesen Covid-19.

En la comparación entre archipiélagos tenemos que mientras Balears ponía en marcha un plan piloto con Alemania sin garantías sanitarias, Canarias decidía que sin pruebas Covid-19 y sin aplicar un seguimiento telemático del estado de salud, no harían plan piloto, apostando por realizar test "sí o sí" a los turistas. Mientras Canarias conseguía que el Gobierno de Pedro Sánchez le garantizase los ERTE hasta final de año, Balears se conformaba con la negativa de Madrid. Está claro que el Govern balear no ha entendido lo que significa destino seguro.

Esto ya no es un tema político. El paro crece, la facturación baja, los sectores productivos echan de menos la defensa de los intereses de Balears ante instituciones superiores, se sienten abandonados y manifiestan que las medidas que se han tomado desde el Gobierno del señor Sánchez como las que ha aplicado el Govern de la señora Armengol, son insuficientes y llegan tarde.

Desde el Partido Popular creímos desde el principio que era fundamental trabajar para reconstruir y recuperar las relaciones de confianza con todos nuestros principales mercados emisores. Así podríamos comunicar nuestra situación sanitaria, infundir confianza y trabajar conjuntamente en las medidas necesarias para recuperar la demanda, y como no, también en previsión de otras situaciones adversas que se pudieran presentar, como la cuarentena de Reino Unido o la recomendación de no viajar a Balears establecida por Alemania y otros países, que está siendo letal para el sector y que están poniendo el punto final a la temporada. Pero claro está, todo ello no se consigue ni con propaganda, ni con anuncios.

Y vemos el colmo del trile y opacidad en el plan de reactivación del Govern que asigna al turismo 2,5 millones euros, partida que además de ser ridícula para el sector económico más importante, constaba ya en los Presupuestos 2020 por una cantidad mayor, o sea que en realidad esos 2,5 millones es lo que queda disponible después de haber aplicado un recorte del 50% en la partida inicial.

Ni medidas para la recuperación de la conectividad aérea que resulta estratégica para nuestro archipiélago, ni Plan de choque turístico, ni suspensión del impuesto de turismo sostenible, ni medidas estructurales contundentes como la recuperación de la DA 4ª de la ley 8/2012 del Partido Popular, ni reformulación de la estrategia turística de nuestro destino, en este sentido lo único que se ha remodelado es la cúpula de la Agencia de Estrategia Turística (AETIB) y solo para seguir incrementando el número de cargos de confianza del Govern.

Balears es un destino turístico puntero, exporta conocimiento, crea riqueza y empleo. Se merece apoyo, que lo valoremos y respetemos.

*Diputada del PP Parlament balear