Hemos tenido conocimiento de dos asuntos que afectan a las conductas que pueden esperarse de las y los futuros adultos, me refiero a la entrada en vigor de la Ley del Reino Unido que prohíbe el acceso a las webs pornográficas a menores de 18 años, y, a los datos que ofrece el Segundo Barómetro sobre Juventud y Género en España, del Centro Reina Sofía.

El Reino Unido es uno de los países que con mayor contundencia exige a los dominios y gestores de las webs pornográficas el CONTROL REAL sobre la mayoría de edad de quien accede a la web, obligándoles a colocar filtros y verificadores de la edad, para que sólo las personas mayores de edad puedan acceder a los contenidos, y no basta con colocar una casilla donde las personas usuarias anoten su edad. La sanción es el bloqueo de las cuentas bancarias de los pagos realizados en el país.

En España es factible que un menor, a partir de ocho años, pueda acceder de forma gratuita y sin filtros, a las webs porno, en una sola de ellas puede encontrar mas de 8.500.000 vídeos pornográficos, entre ellos mas de 500.000 sobre violaciones y otros tantos de sexo con animales No hay duda que todo ello banaliza la sexualidad y transmite una perspectiva irreal de las relaciones sexuales a personas que están en periodo de formación de conciencia y carecen de capacidad crítica. El tema se agrava si tenemos en cuenta que más del 70% de los niños consumen porno a través del móvil, haciendo de los vídeos su iniciación sexual.

A diferencia de los casinos online, en los que es imprescindible una identificación clara y se prohíbe, bajo sanción, la participación de menores. El interés superior de los y las menores que promulga nuestro ordenamiento jurídico, decae frente a la pornografía, que parece ser considerada menos dañina que el juego, para el desarrollo de los menores, pues hasta ahora la legislación es permisiva hasta el punto de que basta que en las instrucciones para el acceso a los vídeos, se indique que no están permitidos a menores.

El ciberespacio es un mundo virtual donde todo parece posible y en el mundo real, el poder legislativo tiene el deber de velar para que los y las jóvenes de hoy mañana sean adultas y adultos responsables.

La segunda cuestión, la constituye el reciente barómetro realizado sobre los hombres y las mujeres jóvenes en materia de igualdad de género, se observa que hay un incremento considerable de adolescentes y mujeres jóvenes que consideran que el feminismo es necesario, simultáneamente que aumenta el porcentaje de hombres jóvenes que consideran que controlar a sus novias a través del móvil o como tienen que ir vestidas no es ser machista.

El Barómetro muestra que casi el 66% de las jóvenes y el 46% de los jóvenes consideran que las discriminaciones por razón de género son grandes o muy grandes y la falta de equidad es la que mueve a la juventud a aproximarse al feminismo, aunque una minoría de hombres jóvenes que creen que las desigualdades no existen se ha doblado, en dos años han pasado de ser el 2,2% al 4,1%.

Ambas noticias obligan a establecer como prioritarias la coeducación y educación afectivo sexual en todos los niveles: primera infancia, infantil, primaria, secundaria, formación profesional y universitaria, porque sólo desde la coeducación se crece con igualdad de niños, niñas y adolescentes, si bien no es suficiente, porque no todos los padres y madres han tenido la oportunidad de aprender habilidades educativas en igualdad, por ello, las escuelas de padres y madres son otro pilar que permitirá una aproximación hacia un paradigma igualitario en todos los niveles de la vida.

La Ley de Les Illes Balears 11/2016 de Igualdad de Mujeres y Hombres prevé expresamente la formación del profesorado en coeducación y educación afectivo sexual, desde el curso 2018-2019 en todos los centros públicos hay un agente específico para el impulso de la coeducación, los centros concertados están obligados a llevar a cabo prácticas de coeducación.

El camino es conocido, solo falta voluntad para andarlo, y las generaciones futuras se lo merecen.

*Directora del Institut Balear de la Dona