Ahora que ya ha pasado el Carnaval, ha llegado la hora de que todos se quiten la careta. Pasado el tiempo de los disfraces, no está bien ocultarse tras unas máscaras que no muestran a las personas que hay detrás. El que quiera hacer política, que la haga, pero a cara descubierta. Lo contrario es de cobardes o para engañar.

Cuando uno lee un estudio o una información de un profesor universitario espera rigor e imparcialidad. En cambio, cuando uno ve a un trilero intuye que hay truco y que le quieren engañar al mover tan rápidamente los cubiletes.

Lo que seguramente uno no imagina es que pueda haber profesores trileros. Pero al parecer los hay y en Balears tenemos el caso de un señor del que ya escribí en una ocasión en este mismo periódico. Aquella vez hablé del "lince de la economía aplicada" y desmonté las afirmaciones de un "profesor metido a demagogo". Meses después, el mismo personaje ha cambiado de discurso y ahora prefiere incidir en la precariedad laboral, en vez de seguir negando la evidencia de que llevamos 27 meses consecutivos de bajadas del paro en Baleares y 21 de aumentos de afiliados a la Seguridad Social.

El personaje se llama Llorenç Pou. Sigue firmando artículos y sacando conclusiones de datos como profesor de Economía Aplicada de la UIB, sin recordar su pasado -nada lejano- como director general de la Conselleria de Trabajo (o debería decir mejor de Desempleo) del Pacto. Es el mismo director general que ofrecía cada mes los datos del paro junto a la consellera Joana Barceló durante los peores años de la crisis. Lo que ahora juega a profesor trilero y lo hace junto a un amigo, camarada suyo, compañero de fatigas, también ex director general del PSIB-PSOE.

Llorenç Pou, lejos de avergonzarse de una etapa negra de las Islas, en que el desempleo alcanzó cotas inimaginables hasta entonces -46.000 personas perdieron su puesto de trabajo- trata de desacreditar al Govern de José Ramón Bauzá y las políticas del Partido Popular utilizando el título de profesor de la UIB. Sin embargo, resulta que confunde conceptos muy básicos. Confunde cosas que entiende cualquiera, sin necesidad de asistir siquiera a ninguna clase, ni de estudiar en ninguna universidad.

Los alumnos de la UIB sentirán seguramente vergüenza ajena cuando sepan que un profesor titular de Economía Aplicada de su Universidad coge una encuesta y asigna el NS/NC al grupo que más le conviene. Sí. Tal cual. Según Llorenç Pou, si un encuestador del INE le pregunta a alguien cuántas horas trabaja y el entrevistado no le contesta o le responde que no sabe, hay que entender que esta persona trabaja menos de 10 horas a la semana. Así quedó de manifiesto en una reciente respuesta parlamentaria.

Resulta que el profesor de la UIB Lloenç Pou asigna los 6.686 asalariados encuadrados en el grupo de NS/NC de la última EPA al grupo de los contratos inferiores a 10 horas semanales. De esta forma, en lugar de ser 12.860 personas las que tendrían este tipo de contrato la cifra ascendía en sus cálculos en más de un 50% a 19.353. A partir de aquí, él interpretaba los datos para este diario, destacando la "enorme precarización del empleo". Sí. Tal cual.

Y junto a él suscribía sus opiniones Iago Negeruela, otro director general que prefiere no recordar su pasado como alto cargo en la legislatura del Pacto. El que ahora opina como "miembro de la Ejecutiva de la Unión Progresita de Inspectores de Trabajo" resulta que también compartió responsabilidades en la Conselleria de la socialista Joana Barceló en los años en que el paro aumentó en 46.000 personas. Fue ni más ni menos que director general de Trabajo e incluso responsable del SOIB. Ambos destacaban al unísnono al día siguiente de la publicación de la EPA "la enorme precarización del empleo en las Islas", ignorando o evitando decir en que, en realidad, los 12.860 asalariados que según esa encuesta trabajan menos de 10 horas semanales sólo representan el 3,3% del total en Balears, mientras que más del 80% tienen contratos superiores a las 31 horas semanales.

Por eso decía al principio de este artículo que es tiempo de que todos se quiten las máscaras. El que quiera bailar, que baile pero sin ocultar su verdadera identidad.

Pou y Negeruela pueden saltar a la pista y actuar. Faltaría más. Lo que la Universitat de les Illes Balears y la Inspección de Trabajo, respectivamente, no se merecen es que utilicen su nombre en vano. A los políticos, ahora más que nunca, los ciudadanos nos exigen que, en primer lugar, que seamos honestos. Por eso ambos harían bien en decir abiertamente quiénes son y qué pretenden.

Nadie les puede reprochar sus lícitas aspiraciones políticas y si el PSIB-PSOE, Francina Armengol o quien sea les quiere tener como gurús, allá ellos. Ojalá no lleguen a tener nunca más responsabilidades dentro de ningún Gobierno, pero ese ya es otro tema. Hoy sólo quería compartir con los lectores de Diario de Mallorca mi estupefacción, indignación y rabia ante tan burda manipulación empleando el buen nombre de la UIB y la Inspección de Trabajo para tratar de ofrecer opiniones partidistas como si fueran independientes y solventes, basadas en el rigor y la seriedad de ambas instituciones.

* Diputado y Vicepresidente de la Comisión de Hacienda y Presupuestos del Parlament