1995- Cincuenta años después del final de la guerra el presidente Jacques Chirac reconoció oficialmente la "locura criminal" -según sus palabras- del Estado y de toda Francia, responsable del exterminio masivo de los judíos franceses. Declaró abiertamente la culpabilidad de la policía, del gobierno colaboracionista y del silencio mayoritario de la población ante el envío de de miles de niños, mujeres y hombres a los campos de concentración nazis. De los 76.000 enviados a Auschwitz sobrevivieron 25 adultos, ningún niño.

2010- Toda una serie de actividades que recuerdan aquel genocidio comienzan a sacudir la conciencia de muchos franceses. Publicaciones, exposiciones y obras cinematográficas dan testimonio sobre aquella tragedia. En el transcurso de poco tiempo se proyectaron dos filmes alegóricos: "La Rafle" de Roselyne Bosch y "Elle s´appelait Sarah" de Gilles Paquet-Brenner, con considerable asistencia de público. En particular muestran cómo fue la redada masiva de judíos efectuada en París el 16 de julio de 1942. En esa operación, en la que intervinieron miles de policías y gendarmes franceses, 4.051 niños, 5.802 mujeres y 3.031 hombres fueron encerrados en el recinto del Velódromo de Invierno, conocido como el "Vel´ d´Hiv". Permanecieron allí (100 se suicidaron) durante cinco días sin comida y sólo un grifo de agua hasta ser posteriormente hacinados en los vagones de la muerte.

Oportunidad tienen los parisinos de apreciar en este momento la magistral obra del pintor judío alemán Félix Nussbaum. Desconocido hasta ahora no obstante haber estado exiliado en Francia cuando intentó escapar de la persecución antisemita de la Alemania de Hitler. Sobre suelo francés sería internado en el campo de Saint-Cyprien en 1940, del que logró huir al cabo de tres meses. Viviendo en la clandestinidad continúo pintando sobre los horrores de la barbarie nazi. Denunciado por un vecino cuando llevaba cuatro años viviendo con su mujer en un granero de un barrio en Bruselas fueron ambos asesinados en Auschwitz en 1944.

La película"Je te apelerait Sarah" recientemente estrenada, está basada en la novela de Tatiana de Rosinay y trata sobre una periodista (protagonizada por Kristin Scott Thomas) que lleva a cabo una investigación sobre aquellos hechos, buscando poder localizar en América a una mujer que cuando niña estuvo encerrada en el velódromo. Hemos visto muchas veces las imágenes del estadio de Santiago de Chile donde Pinochet encerró a sus víctimas pero en cambio ninguna del "Vel´ d´Hiv". La periodista explica en el film que los alemanes fotografiaban todos sus crímenes, los franceses no.

En una entrevista al filósofo Alain Badiu (quizás el último de los grandes filósofos franceses), publicada en el semanario Telerama en agosto de este año, dice el profesor: "Amo a Francia, su historia -la Revolución, la Comuna, la Resistencia, Mayo del 68-, en síntesis, la famosa Francia de los Derechos del Hombre, tal como ella continúa siento vista en el extranjero". Al margen de la elogiable y respetable obra de este intelectual tan sabio, culto y lúcido, su idea (o ignorancia) sobre la imagen exterior de Francia causa verdadero estupor. Puede uno preguntarse: ¿es que los franceses viajan poco al exterior? ¿Es que no leen prensa extranjera?.

¿Quién no recuerda en África los crímenes atroces perpetrados por el colonialismo francés particularmente en Argelia, y en tiempos nada lejanos?

¿Quién desconoce en América del Sur que fueron militares franceses expertos en Indochina y Argelia, quienes desarrollaron la teoría de la guerra contrarevolucionaria y adiestraron a las dictaduras en la práctica sistemática de la tortura y las desapariciones en masa?

Con motivo de la reciente visita del presidente Hu Jin-Tao a París, el gobierno francés optó por volcarse de forma pragmática a negociar jugosos acuerdos comerciales sin formular ningún cuestionamiento sobre sobre la falta de libertad en China. Interrogada al respecto la portavoz del gobierno chino dio una respuesta lapidaria: "En materia de Derechos Humanos, Francia no es quién para dar lecciones a nadie".

Francia es actualmente un país mundialmente acusado por su xenofobia, permanentemente juzgado por sus violentos procedimientos policiales y que aloja en su sociedad a uno de los más potentes movimientos de ultraderecha de Europa.

Pero frente a ello hay otra Francia que aún "Resiste". Quizás minoritaria. La de los "justos" (así llamados quienes arriesgaron sus vidas protegiendo a judíos) que se solidarizan con los refugiados políticos e inmigrantes; la de los que se avergüenzan de su pasado colonial y colaboracionista; la de los que aún creen en la democracia; la de los jóvenes que quieren saber; y la que organiza todas estas actividades que permiten a los judíos sacrificados del Vel´ d´Hiv también manifestarse en París, como mártires de uno de los episodios más cruentos de la Historia.