Han tenido que perder la vida algunos menores y sufrir lo indecible otros para que la sociedad empiece a despertar ante el problema que significa el acoso escolar. Pero hay que congratularse, porque al final la Fiscalía del Estado ha dado instrucciones al fiscal para Asuntos de Menores para que, ante el acoso escolar, la respuesta sea: "tolerancia cero".

¡Por fin! sí, ¡por fin! desde las instituciones del Estado se reacciona ante un problema que, de seguir avanzando, se iba a convertir en un cáncer social. Porque no se puede aceptar así sin más que haya niños que sufren torturas a manos de otros niños. Torturas físicas y psicológicas, y que la respuesta que se daba a eso fuera prácticamente inexistente porque los agresores eran menores a los que había que recuperar.

De manera que nos encontrábamos que en las aulas se obligaba a convivir a los agredidos con sus agresores, con el agravante de que a los agresores les salían gratis las barbaridades cometidas. Ahora parece que la Fiscalía ha comprendido que es intolerable hacer convivir a agredidos y agresores, de manera que se podrán alejar a los agresores de sus victimas.

La única manera de "recuperar" al agresor para la sociedad es que entienda la barbaridad del delito cometido. Si a un niño se le permite que torture a otro niños y le sale gratis, crecerá sin darle importancia a la violencia, se estará haciendo de él un fascista, y cuando sea mayor utilizara la violencia como respuesta a cualquier situación de su vida, y tendrá todas las papeletas para convertirse en un maltratador en el ámbito de la familia, ya sea con su pareja o con sus hijos. Pero además el niño acosado sufrirá también las consecuencias de la agresión no sólo en el momento, sino en el futuro si ve que nadie le protege y que no hay justicia y que no tiene más remedio que aceptar resignadamente que le maltraten.

Yo me pregunto que diríamos si a alguien se le ocurriese proponer que una mujer maltratada tiene que compartir piso con su maltratador para ver si a éste se le recupera para la sociedad. O a una mujer violada la obligáramos a tomarse un café todos los días con el violador para ver si éste es igualmente recuperable para la sociedad. Como tamaña barbaridad no se le ocurre a nadie, es conveniente que se reflexione sobre lo que significa que al niño acosado, al niño maltratado por sus compañeros, se le obligue a continuar compartiendo aula con éstos.

Contra los torturadores de niños: tolerancia cero, aunque esos torturadores sean otros niños. Ya es hora de que nos empecemos a preocupar de las victimas.