En el programa 175 de Moisés como concursante de 'Pasapalabra' un tenso 'Rosco' fue el protagonista . Esta vez, tanto Óscar como el concursante riojano venían de un empate a 22 aciertos sin fallos en el que se repartieron 600 euros para cada uno, y en el que por lo sucedido, ninguno de los dos tendría que pasar por la silla azul. Era el decimoséptimo empate entre los dos concursantes después de más de 80 'batallas' entre el equipo naranja y el equipo azul, el programa tuvo nuevo un ganador, aunque sin el bote que ascendía hasta 1.396.000 euros.
En esta situación poco común, se libró un duelo tenso en el que el objetivo principal ha sido evitar cometer más errores... aunque algunos se han producido.
El primer traspié lo experimentó Óscar. Después de un sólido comienzo con siete aciertos, se detuvo abruptamente en su segundo turno al cometer un fallo notable con la letra M. Roberto Leal le pidió la onomatopeya que imita el sonido de un gato, y en lugar de decir "miau", respondió con "maullido". A continuación, fue el turno de Moisés. En su caso, tropezó con la letra F al intentar definir "el sacerdote que, entre los romanos, declaraba la guerra y concertaba la paz".
El tenso desenlace del 'Rosco'
Antes de finalizar la primera ronda, Óscar cometió su segundo error. Con la letra V, una pequeña imprecisión en su respuesta lo colocó en una situación difícil en su 'Rosco'.
El marcador se niveló cuando ambos concursantes alcanzaron los 19 aciertos. Esta igualdad se mantuvo hasta llegar a los 21 puntos, lo que añadió un toque de suspense al desenlace. Cada acierto o error nuevo podía ser determinante.
Uno de los momentos destacados de este episodio fue el cierre que Ismael Serrano le dio a su participación en 'Pasapalabra'. Lo hizo acompañado de su guitarra, interpretando "Me amo", una de las canciones de su álbum "La canción de nuestra vida".
La estrategia de Moisés
Los últimos enfrentamientos entre Moisés y Óscar han sido casi calcados. Los dos entran en la segunda vuelta del rosco de 'Pasapalabra' con los mismos aciertos o prácticamente idénticos. Y ambos se juegan todo a una sola palabra que, como mucho, les dará el empate y, con un poco de suerte, la victoria sobre el rival pero nunca el triunfo definitivo. Y es que siempre se dejan varias palabras por resolver y, por tanto, no tienen opción de conseguir el bote.
Y es que muchas veces el propio Óscar sabe que Moisés tiene algunas palabras, no muy complicadas, en las que aguanta el tiempo sin decirlas, para después en un mismo turno dar la vuelta al marcador y ganar el programa.
