Opinión

Carlos March, el imperio continúa

Carlos March Delgado.

Carlos March Delgado. / DM

Matías Vallés

Matías Vallés

Carlos March Delgado es un superdotado tan ambicioso que desearía haber ejercido de creador leonardesco como Jobs/Bezos/Gates, pero por desgracia el imperio le venía de cuna. Cuando su madre Doña Carmen Delgado de March era la tenedora de la mayoría accionarial de este diario, su segundo hijo varón discutía con directores y altos cargos del periódico elaboradas cuestiones ortográficas o sintácticas. Número uno vocacional, hombre de acción y fabricante de reyes, le impuso el pacto con Gabriel Cañellas a Jerónimo Albertí, en detrimento de Félix Pons y según documento guardado en la caja fuerte madrileña de la Banca.

El PP en Mallorca y el PSOE en Madrid, con el interrogante de March a Felipe González cuando adelanta los comicios, «¿no se te ocurrirá perder las elecciones?» Incansable, este personaje de Ayn Rand y jefe de Florentino Pérez conserva vírgenes sus paraísos mallorquines. Su tropezón político fue el Partido Reformista Democrático de 1986 y su mayor error privado se llama Simón Galmés. Pese a los hoteleros que pretenden la sucesión, en España no ha habido otro Juan March Ordinas, ni siquiera el nieto que más se le aproxima. Sin embargo, en la jubilación concluirá que solo hay algo más fascinante que crear un imperio, y es mantenerlo. De ahí que este buscador de la redención intelectual haya triunfado donde cayeron Coca, Fierro y otros.  

Suscríbete para seguir leyendo