Son Espases interrumpe el tratamiento a 60 mujeres en busca de un embarazo: «No sé cuándo podré reiniciar el tratamiento de reproducción»

La rotura de una máquina de Son Espases en febrero ha interrumpido la reproducción asistida de 60 mujeres, que añaden medio año de espera a un proceso ya de por sí muy largo

El microinyector que lleva desde febrero sin funcionar. | IBSALUT

El microinyector que lleva desde febrero sin funcionar. | IBSALUT / Mar Ferragut

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Toda mujer que lo ha pasado lo sabe: un tratamiento de reproducción asistida (al que se llega después de un largo tiempo de intentos de embarazo por la vía natural) es un proceso que siempre se hace largo y no es fácil evitar la incertidumbre, el cansancio acumulado y la frustración por pruebas que no salen como una se espera o por los intentos fallidos.

A la espera y nervios ‘habituales’, 60 mujeres mallorquinas han tenido que sumar otra dificultad y más tiempo de demora ya que se ha roto una máquina en Son Espases y han visto interrumpido su tratamiento. La máquina (un microinyector que fija el ovocito mientras se le realizan diferentes técnicas, como la inseminación) lleva rota desde febrero.

Silvia es una de estas mujeres. Lleva más de tres años intentando quedarse embarazada, desde 2022 en el circuito médico público. El pasado 8 de febrero la llamaron de Son Espases: «Se ha roto la máquina, el proceso no va a seguir, ya te llamaremos, seguramente en abril, como tú hay muchísima gente esperando». Y ya.

Pese a la frustración que le supuso la noticia de que le interrumpían el tratamiento, dentro de todo dice entender que «las máquinas se rompen». Lo que lamenta y quiere denunciar es «la falta de información recibida» y la ausencia de alternativas.

La espera en el ámbito sanitario siempre es estresante. En estos casos relacionados con la maternidad, el tictac del reloj biológico se vuelve insoportable y es inevitable, indica Silvia, plantearse si con previsión esta situación se podría haberse evitado y si podrían mejorarse los procesos, hacerlos más eficientes.

El microinyector que lleva desde febrero sin funcionar.

El microinyector que lleva desde febrero sin funcionar. / IBSALUT

«Ahora para ser madre todo el mundo espera, quieres tener una casa, pareja... y cuando te quieres poner, pues no siempre es fácil», razona esta mujer, que este año cumple 41 años y que tuvo su primera visita en la unidad de reproducción de Son Espases en enero de 2023.

Tras esa primera consulta, se inicia un circuito de analíticas y pruebas y, una vez que ya está todo (lo que son mínimo un par de meses y que a veces implica repetir pasos, como le sucedió a ella con la histeroscopia), toca prepararse para una espera media de entre seis y nueve meses. A finales de noviembre de 2023 hizo su primer intento, pero no fue bien ya que ningún óvulo fecundado llego a blastocito.

En enero (tras comerse el parón navideño y el cierre de los quirófanos y teniendo que repetir las pruebas del anestesista), empezó su segundo ciclo, pero se tuvo que interrumpir por la rotura del microinyector, una fatalidad ante la que no le han ofrecido ninguna alternativa y, según insiste, ninguna información sobre posibles plazos.

Desde el IB-Salut señalan que el microinyector no se utiliza en todos los tratamientos e indican que las afectadas tenían la opción de ser derivadas a Son Llàtzer, pero Silvia asegura que a ella, que exigió una cita para ser informada y que ha presentado una queja formal, nadie le habló nunca de esta opción. Fue ella la que llamó a Son Llàtzer, donde le informaron que podía solicitar trasladarse allí, pero que le tocaría empezar desde el final de la lista de espera. Según Salud, solo una de las 60 mujeres afectadas ha pedido el cambio de hospital.

Esta mujer se ha dirigido incluso al gabinete de la presidenta en busca de explicaciones, recordando que Marga Prohens en campaña se comprometió a incrementar la inversión en las unidades de reproducción asistida de los hospitales públicos para reducir las listas de espera y que también anunció que aumentaría de tres a cuatro los intentos de reproducción asistida gratuita. Asimismo, Prohens prometió que derivaría a mujeres y parejas a centros privados, con cargo al Govern, si la espera para la sanidad pública superaba los seis meses (incluyendo estos tratamientos en el decreto de Garantía de Demora).

Silvia defiende la red pública y su derecho a ser tratada allí y clama contra la incongruencia entre las promesas electorales y la realidad con la que se ha encontrado.

Desde Presidencia, le contestaron esta semana pidiéndole disculpas por las molestias «en un momento tan importante en la vida de una mujer» y le informaron de que la nueva máquina volvería a estar operativa «la segunda quincena de mayo». Según explicó el IB-Salut a este diario, primero se intentó reparar la máquina, pero finalmente se ha tenido que comprar una nueva.

Silvia estima que, siendo así, hasta junio «como pronto» no podrá empezar a hormonarse y que el segundo intento de extracción llegaría así en julio... medio año más de espera a un circuito médico que, recordemos, empezó en 2022.

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